jueves, 18 de marzo de 2010

LITERATURA

COMICS DE MANGAS


(Una aficionada alemana pasa ante un mural manga en Leipzig/Reuters)
¿Cómics manga sin calentón?
La Asamblea de Tokio vigila el desconcertante erotismo de los tebeos. Los artistas del gremio protestan por la injerencia en su libertad

Las braguitas blancas de Rosa, la niña de los sueños de Chicho Terremoto. Los pechos de Ramma, el joven que al mojarse, se transformaba en chica y no era muy diestro a la hora de ocultar sus cambios hormonales. O los minúsculos uniformes de las protagonistas de Sailor Moon... Los personajes del manga siempre han destacado por tener un contenido picante muy superior al de sus compañeros de viñeta de otras partes del mundo (espíritu que luego era trasladado fielmente a sus adaptaciones animadas para la televisión). Pero su líbido está en el aire. La Asamblea de Tokio estudia una reforma legal dirigida a regular los mangas que se venden a los menores de edad. Las chicas con coletas, ojos inocentes, escotes imposibles y minúsculas minifaldas podrían ser erradicadas de todas las lecturas que no estén destinadas a un público adulto.

En el mundo del manga existen diversas categorías según el tipo de historias que se plasmen en ellas. Por ejemplo, el término 'shönen' engloba a las publicaciones dirigidas a adolescentes varones entre 14 y 18 años; menores que difrutan de historias llenas de acción, con continuas pinceladas de humor, aventura... y repletas de chicas (colegiales, a menudo) guapas y poco vestidas.

También existe un término que define esta atracción estética que sienten los japoneses por las colegialas: es el 'bishōjo', que literalmente significa "joven hermosa". La aparición de estas muchachas con aspecto aniñado también tiene que ver con el denominado 'fan service'. Así es como se llama la táctica de colocar 'mujeres florero' en las tramas e introducir situaciones picantes para subir las ventas.

Esta gran familia de mangas eróticos también tiene su público en España, donde las editoriales las vierten a nuestro idioma con bastante fidelidad. Muchas publicaciones respetan la forma de lectura japonesa (de atrás adelante y de derecha a izquierda) y hacen lo propio con sus portadas, por muy incorrectas que sean. "Sólo hace falta ver la portada del número 2 de 'Battle Club Second Stage'", comenta Daniel Aubareda, librero de Atom Comics de Madrid. En ella, un plano contrapicado permite ver con toda claridad la ropa interior de una alegre colegiala, cuyos pechos están a punto de escaparse de un top de animadora.

"Sus cosas raras"

"Los japoneses tienen esas cosas raras, sus parafilias particulares", explica Aubareda. La ley nipona es muy estricta con la pornografia. No se pueden mostrar ni los órganos sexuales, ni siquiera el vello púbico en ningún medio, sea para jóvenes o adultos. "Estas restricciones han provocado que todo lo que no muestre pelo, no se considere pornografía. Y por ende, para evitar la categoría de pornográfico, todo deriva en campos cercanos a la pedofilia. Algunos protagonistas acaban pareciendo niños aunque vivan aventuras subidas de tono", aclara el librero.

(Una heroina 'anime', de uniforme corto)

Tal es la tradición de estos géneros y técnicas, que la industria del manga ha levantado el hacha de guerra para luchar contra la reforma legal. Y eso, en Japón, son palabras mayores. Las revistas manga son leídas por personas de toda edad y condición, y varias publicaciones tienen tiradas millonarias cada semana. Por lo tanto, el gremio es muy influyente en la sociedad nipona, y la opinión de sus autores tiene una repercusión parecida a la que pueden tener los actores y cineastas en nuestro país. Por esta razón, el Partido Democrático (PD), principal fuerza política en Tokio y en el país, ha aplazado la votación de la norma.

De momento, los 'mangakas', nombre que se le da a los autores de cómic japoneses, han lanzado un comunicado muy crítico con la normativa a la que acusan de ser demasiado vaga en sus términos y de atentar contra la libertad de expresión.

Entre los firmantes aparecen destacados nombres, catalogados como maestros de la cultura en Japón. Es el caso de Go Nagai, creador de 'Mazinger Z' (la serie de Afrodita y sus "¡pechos fuera!") que sabe bien de lo que habla. Él fue quien, a finales de los 60, escandalizó a la sociedad japonesa con su obra 'Harenchi gakuen' ('Escuela indecente'), el primer manga destinado a un público infantil en el que el erotismo y el humor gamberro tenían un peso notable. "Estas enmiendas van en contra de la libertad de expresión de los artistas y de la industria", afirmó rotundo Nagai en una rueda de prensa plagada de medios de comunicación.

En caso de ser aprobada, la ley entraría en vigor a partir del mes de octubre, y sólo sería aplicable en Tokio. Quien la incumpliera y siguiera publicando obras destinadas a menores de 18 años con personajes de apariencia aniñada viviendo situaciones eróticas podría enfrentarse a multas de hasta 300.000 euros, unos 2.400 euros. La medida se haría extensible al anime, que tampoco podría reflejar a personajes con edades, vestimentas o grado escolar propias de un menor de edad. Por poder, no podrían ni poner voces aniñadas a todo personaje dispuesto a dejarse llevar por sus pulsiones sexuales.


Gracias:
Luigi Benedicto Borges, Madrid
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/18/cultura/1268928504.html
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