sábado, 5 de julio de 2008

Milo Manara

"Soy un erotómano no practicante"


(Dibujo: Milo Manara)
Entrevista con el dibujante

UN MAESTRO DE LA HISTORIETA NACIDO EN BOLZANO EN 1945 AUTOR DEL MÍTICO 'CLIC'

¿Usted es un erotómano?

Sí, pero pasivo. Soy un erotómano no practicante.

¿Perdón?

Quiero decir que mi manía erótica es solo como voyeur.

¿Recuerda alguna velada especialmente memorable con Fellini?

Todas las veladas eran memorables con Fellini. Era un hombre muy intenso. Lo que más echo de menos son las conversaciones triviales que teníamos en la cafetería Canova, en la plaza del Popolo de Roma.

De mujeres, seguro.

Las había, las había. Le aseguro que era divertidísimo ver a Fellini seguir a una mujer con la mirada para comentar después cómo encajaba en su teoría de que a las mujeres con buenas tetas les falla el culo, y viceversa. Sus análisis parecían de los personajes de su película Los inútiles. Eran impagables.

Las mujeres que le gustaban a Fellini eran más voluminosas que las que le gustan a usted. ¿Discutían?

No, no. De hecho estábamos bastante de acuerdo en nuestro imaginario erótico. El gigantismo de las mujeres de sus películas era una forma que tenía Fellini de conectar con su infancia, un recurso artístico. En la vida no le gustaban las mujeronas. Giuletta Massina, su esposa, era pequeña y ágil.

¿Se ha inspirado en alguna mujer real para dibujar mujeres Manara?

En muchísimas. Para mí la calle es, y sobre todo era, una verdadera inspiración. Me avergüenza decirlo pero a mi edad todavía me enamoro al menos 10 veces al día. Basta con que dé una vuelta por la calle. La diferencia con el pasado es que ahora cuando veo a una mujer que me gusta ya no la sigo y la adelanto para contemplarla desde todos los ángulos como hacía antes.

¿Nunca le han dado un bolsazo?

¡Oiga, que nunca he tocado a ninguna! Insisto: es un placer de voyeur.

Ya, pero hay miradas molestas.

Sé disimular y soy una persona educada.

¿Alguna vez ha recibido críticas de feministas por su obra?

No. Aunque reconozco que en una ocasión asistí bastante nervioso a un debate con feministas porque pensaba que iba a recibir críticas. Fui con Paolo Conte quien, siempre tranquilo y siempre señor, intentó calmarme. Sin éxito. Mis primeras intervenciones fueron a la defensiva, hasta que una mujer se levantó y me dijo: "Tranquilícese, que a nosotras también nos gusta el erotismo. Haga lo que sabe hacer".

Carla Bruni parece una chica Manara, ¿no?

¡Cuidado con lo que cuentas, Milo, que es una primera dama!

Jolín, ¿qué pasa con Carla Bruni?

Leonardo Mondadori, el heredero de la saga Mondadori, me propuso hacer un trabajo con Carla Bruni y Monica Bellucci. Se trataba de hacer con ellas dos un libro que recorriera la historia del arte a través de la figura de la modelo entendida como se entendía antes, como inspiración, como fuente de belleza. Pronto Leonardo enfermó y acabó muriendo, no sin antes tener visiones místicas y hacerse ferviente católico, de manera que el proyecto no prosperó. Pero yo seguí adelante con la idea, aunque no con Bruni y Bellucci como modelos, e hice el libro.

Ya, ya, pero ¿qué pasó con Bruni?

Solo nos vimos una vez en la preciosa casa de Leonardo. Creo que puedo contar que Bruni tenía dolor de cabeza y para combatirlo cogió una cabeza de ajos, peló todos los dientes y se los tragó con agua uno detrás de otro como si fueran píldoras. También recuerdo que en vez de italiano hablaba un extraño esperanto. Se notaba que había viajado.

¿Qué representó para usted la aventura protagonizada por Corto Maltés La balada del mar salado (1967), de Hugo Pratt?

A esa obra se debe que yo no sea hoy un mal arquitecto sino un buen dibujante.

Le cambió literalmente la vida.

Sí. Es la obra con la que la historieta se convirtió en una forma de expresión adulta.


Gracias:
R. V.BARCELONA
♪♪♪

No hay comentarios.: