domingo, 27 de julio de 2008

Ópera 77

Esperanza, sueño y risa


(Foto: REUTERS/Un ensayo de Parfisal)

Un ambicioso y fascinante montaje de 'Parsifal' inaugura el Festival de Bayreuth

Wolfgang Wagner, nieto del compositor, 89 años a finales de agosto, 57 al frente del Festival de Bayreuth, se puede retirar tranquilo. La última nueva producción de su reinado está tocada por el sello de la genialidad. Precisamente en Parsifal, la ópera emblemática por excelencia del teatro de la verde colina, la misma en la que él era abucheado año tras año por su concepción escénica conservadora y anodina, la que le hizo cambiar de aires estéticos e iniciar una huida hacia delante invitando al enfant terrible Christoph Schlingensief para hacerse cargo del "festival escénico sacro" -como llamaba Wagner a Parsifal- sin obtener, por los excesos del director teatral, el efecto revulsivo esperado, a pesar de la magnífica dirección de Pierre Boulez.

Wolfgang Wagner le echó valor y propuso para su producción de despedida al noruego Stefan Herheim, nacido en 1970, y cuya concepción de El rapto en el serrallo, en el Festival de Salzburgo hace cinco años, fue abucheada sin piedad por mucha riqueza de pensamiento e impecable realización tecnológica que tuviera en su compleja realización teatral sobre la fidelidad y el amor a partir de la ópera mozartiana.

Complejidad no le falta a su enfoque de Parsifal, pues, a través de la ópera, se cuenta la historia de Alemania, la del propio Wagner y la del teatro de Bayreuth, en una pirueta colosal que desde las escenografías originales del estreno llega a integrar en escena, a través de la tecnología, al público que asiste a la representación actual en una magistral esfera de reconciliación.


Gracias:
J. A. VELA DEL CAMPO - Bayreuth
http://www-org.elpais.com/articulo/revista/agosto/Esperanza/sueno/risa/elpepucul/20080727elpepirdv_3/Tes
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