sábado, 15 de agosto de 2009

SALUD 77

El arte de llegar


(Dibujo: Juan José)

El arte de llegar varias veces al cielo del placer
Una multiorgásmica y sexólogos afirman que autoexplorarse y “dejarse ir” ayudana alcanzar hasta 30 veces el clímax

“No concibo otra manera de tener sexo, si no es con una serie de orgasmos, sean grandes, pequeños, largos, cortos; incluso en un rapidín en el baño público puedo llegar a experimentar hasta tres orgasmos en siete minutos”, dice la escritora de literatura erótica Patricia Monge, quien se reconoce como una mujer multiorgásmica.

La autora del libro Edecán urbana, (www.edecanurbana.com) asegura que un encuentro sexual debe tener vaivenes eróticos que conduzcan al orgasmo, porque de lo contrario no lo considera sexo, sino “simplemente un faje, aunque haya sido penetrada”.

Esta capacidad de orgasmos secuenciales de Patricia y de otras mujeres puede explicarse por la fisiología hemodinámica que concentra la sangre en la zona pélvica, lo que implica que durante la excitación o actividad erótica sexual, para que haya una erección en los varones se requieran 70 centímetros cúbicos de sangre, mientras que para alcanzar una excitación semejante en la mujer se requieren 500 centímetros cúbicos.

El sexólogo Francisco Delfín explica que esta concentración puede permitirle a la mujer ser multiorgásmica, ya que la cantidad de sangre tarda más tiempo en regresar al torrente sanguíneo de dónde provino, es entonces cuando la mujer tiene una mayor probabilidad de continuar con la excitación a diferencia del hombre, “claro, siempre y cuando se realicen las caricias como ella quiere”.

La experiencia del multiorgasmo, identificada en los años 60 por los investigadores William Masters y Virginia Johnson, consiste en que algunas mujeres no experimenten como el hombre un periodo refractario en el que no se excita luego de haber sentido el orgasmo, lo que se traduce en que las mujeres pueden regresar inmediatamente a la fase de meseta o periodo previo al clímax y volver a sentir uno o varios orgasmos en el mismo acto sexual.

Opinan los expertos

Según los especialistas Carlos Beyer y Barry Komisaruk, un orgasmo femenino de intensidad normal presenta entre cinco y nueve contracciones de la vagina de entre cuatro y siete segundos de duración, mientras que un orgasmo prolongado presentaría hasta 25 contracciones o más. Esto explica que los orgasmos secuenciales puedan tener varias intensidades.

Patricia no ha estado exenta de que algún hombre le diga: “¡Oye, has tenido 38 o 45 orgasmos, no puedo creerlo! ¡Eres insaciable!”, a lo que simplemente responde: “Pues no soy insaciable, hubiera podido quedarme con uno solo, ¿pero por qué me perdería los otros 44?”

Las estadísticas en el mundo varían considerablemente al hablar del porcentaje de población femenina que puede experimentar multiorgasmos. Unas hablan de 60%, otras de 40% y algunas bajan hasta 20% y 13%.

En una encuesta del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) realizada a 813 mujeres en edad sexual activa, reveló que 42.6% de esas mexicanas alguna vez lo había experimentado y sólo 26.6% identificaba que se presentaban con frecuencia o siempre.

Patricia Monge tiene claro que sólo puede sentir satisfacción sexual si experimenta varios orgasmos en un encuentro. “Tal vez tenga mucho que ver el hecho de que una vez que eres multiorgásmica y tienes el primer orgasmo rápidamente, ya no esperas a que suceda, pues además sabes que va a venir otro en dos minutos y que se puede repetir”, explica.

No es una carrera

Patricia Monge, también columnista de la revista Esquire, reconoce sin embargo, al igual que los sexólogos Paulina Millán, del Imesex, Eusebio Rubio, de la Asociación Mexicana de Salud Sexual y Francisco Delfín, que si se pretende una sexualidad libre, plena y satisfecha, no se debe perseguir uno o varios orgasmos.

No es una victoria ni una carrera, dice Patricia; Los multiorgasmos “no son el non plus ultra, lo importante es no perder el erotismo”, comenta Rubio.

Además, hasta la fecha no hay estudios que establezcan una relación directa entre la multiorgasmia como una condición para una mayor satisfacción sexual, “una mujer u hombre pueden tener un sólo orgasmo y sentirse muy a gusto durante la relación sexual. Calidad puede matar cantidad cualquier día”, señala Millán.

Sin embargo, hay testimonios de mujeres en Estados Unidos que refieren haber sentido hasta 300 orgasmos.

Al Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) han llegado a consulta varias mujeres que aunque aseguran haber disfrutado una relación sexual donde alcanzaron más de 30 orgasmos, se sentían extrañas, anormales o con algún padecimiento. Los especialistas señalan que la multiorgasmia no es una patología y el tope de sensibilidad lo da el propio cuerpo.

Lo cierto es que, de acuerdo con estudios científicos, entre 30% y 40% de las mujeres padecen anorgasmia. Nunca, por razones religiosas, de educación, de pudor o vergüenza en general, se han permitido sentir un orgasmo.

No existe de manera estricta un ABC para llegar al multiorgasmo, sin embargo, los sexólogos adelantan que descubrir esa capacidad no se puede experimentar con prisas y con un desconocimiento de la mujer de su propio cuerpo. “Autoexplorarte, revisar tus gustos, tus fantasías, pensar en ellas, ser libres, dejarte guiar por tus intuiciones. La fantasía es el principal motor y, ¡claro!, un buen amante ayuda mucho, pero no es lo sustancial”, agrega Patricia. “La comunicación es básica, al tocar todo el cuerpo de la mujer se pueden descubrir muchísimas cosas. Las caricias deberían durar media hora y sería ideal que la relación tardara una hora”, señala Delfín.

Comunicación con la pareja

Patricia Monge sigue sus propias reglas: cuando no llega a sentir muchos orgasmos durante una relación, decide no volver a acostarse con la persona, pues más allá del sentimiento de insatisfacción, significa que “hubo un problema grave de comunicación, que al final es lo de mayor relevancia”.

Una encuesta de Pfizer, realizada en 2009, revela que los mexicanos consideran que una relación sexual debe durar en promedio quince minutos. No obstante, ni este lapso ni el tiempo de erección y tampoco una pronta eyaculación interfieren para que la mujer experimente multiorgasmos.

“No, no es necesaria la penetración, insisto en que la fantasía es el motor principal de nuestra vida sexual. Cuando mi pareja termina y antes de que venga el segundo, me froto un buen rato con su pierna, con su cuerpo y de esta forma puedo tener una serie deliciosa de orgasmos, mientras él está conmigo acariciándome; besándonos”, comenta Patricia Monge.

No obstante, la mujer puede echar mano de geles estimulantes que contienen arginina concentrada, un aminoácido natural presente en varios alimentos que aumenta significativamente la irrigación sanguínea en el área en que se aplica. Con una gota sobre el clítoris y un masaje ligero de unos cuantos segundos, se evidencia el efecto que produce.

Características multiorgásmicas

Un breve perfil de las mujeres multiorgásmicas indica que les gusta examinar su clítoris, así como dar y recibir sexo oral; al masturbarse introducen algún dedo en la vagina como estímulo adicional; les resulta fácil frotar el clítoris con los muslos, así sienten menos vergüenza al masturbarse durante la cópula.

“Algunas mujeres dicen que aprendieron a ser multiorgásmicas cuando por fin se dejaron ir”, señala la especialista Paulina Millán, quien agrega que en el autoerotismo, debido a un mayor conocimiento, tanto los hombres como las mujeres pueden llegar a sentir orgasmos mucho más intensos que los experimentados con su pareja, lo cual no indica que una relación esté deteriorada.

Las que viven orgasmos secuenciales aceptan masturbar y ser masturbadas por sus parejas con mayor frecuencia y utilizan en mayor medida las fantasías sexuales y pueden excitarse con el uso de literatura y videos de contenido erótico. “Para llegar a los multiorgasmos sí es importante que tu pareja se quede contigo y claro, si se duerme o se da vuelta en la cama, pues sería imposible. Pero tengo buen olfato y los hombres egoístas no llegan a mi cama”, asegura Patricia.


Gracias:
Natalia Gómez Quintero, El Universal
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