Entrevista con la cantante
(Foto: Rafael J. Álvarez/elmundo.es)
'La libido mueve el mundo'
Shakira, ¿el Señor es contigo?
(Risas) Y contigo también. Creo que está conmigo. Espero (se ríe).
Ya que lleva sangre colombiana, libanesa y española, tiene un novio argentino y vive en EEUU, diga qué tiene la ONU que no tenga usted.
Ahhh, ja, ja, ja... Yo soy la globalización (se ríe). La ONU lo que tiene son muchísimos problemas. Y yo tengo la mitad de problemas que la ONU.
Señora licántropa, ¿qué es lo primero que haría para lograr un hombre lobo?
¡Hombre! qué imaginación (risas). Pues le daría una pasión: música, vino y luna llena. Aunque depende de qué lobo quisiera conseguir, si estepario o más social... Pero el vino, la luna llena y la música son infalibles.
¿Qué método anticonceptivo usa el Dios de los pobres?
La abstinencia (sonríe), supongo. Contra la libido no hay anticonceptivos que valgan. La libido mueve el mundo y solamente la represión la avinagra. La angustia es a la libido lo que el vinagre al vino, ya sabe. La libido avinagrada es pura angustia.
Si usted fuera una sin papeles, ¿qué pensaría de Shakira?
Ohh (piensa). Pensaría que ella, como yo, tuvo un sueño, fue obstinada, se creyó que tenía derechos y creció en un mundo sin oportunidades. Ella, Shakira, sabe que lo estoy pasando mal y sabe de mi lucha diaria.
Con más de 50 millones de discos vendidos, ¿da usted su permiso al top manta?
Sí, le doy permiso para que vendan discos a todas aquellas personas que viven con menos de dos dólares al día. Ahora, aquéllos que lo pueden comprar, que hagan el esfuerzo. En un mundo donde la mitad de la población vive con menos de dos dólares al día yo no condeno la piratería.
El 90% de la población mundial tiene algún tipo de sufrimiento. ¿La vida está sobrevalorada?
¿Sólo el 90%? Pensé que el 99,9% con la excepción del Dalai Lama (se ríe). El sufrimiento abarca una exagerada atención; nos fijamos más en lo negativo que en lo positivo. Y resulta que venimos al mundo a ambas cosas, a pasarlo bien y a sufrir como condenados. Y no hay nada que podamos hacer al respecto, somos criaturas salvajes con un poco de razón.
Hagamos ahora un poco de realismo mágico (interrumpe la pregunta y dice sonriendo: «Pensé que ya lo estábamos haciendo»). ¿Con qué baile caliente comen los pobres?
La música tiene valores terapéuticos y curativos. En cualquier suburbio de Barranquilla usted verá niños descalzos y madres con hambre, pero no faltará música... Es como si la música alimentase.
Como colombiana, dígame: ¿hay algo que defina mejor a España que café, coca y fútbol?
¿A España? (se ríe) Ehhh, nos parecemos mucho, sí, pero jamás hubiera definido a España con esos tres sustantivos (risas). Mejor, España es queso manchego, Rioja, alegría de andaluz, surrealismo de Dalí y buenos tenistas, ja, ja, ja.
¿Hablar de paz en Colombia es como cantar en playback?
(Sonríe) No, creo que hablar de paz en mi país es como cantar a capella, sin acompañamiento musical. Las canciones que se cantan a capella suenan a lamento, a llamado, a denuncia, y es cuando la voz se escucha más fuerte.
¿Qué tipo de vecino es Chávez, el ruidoso, el raro o el presidente de la comunidad?
(Piensa un poco mientras mira al periodista como con picardía) Digamos que Chávez es el vecino ruidoso de la casa.
¿Cuál ha sido el último sitio donde fue irreconocible?
(Tarda un rato) Ni lo recuerdo, ni lo recuerdo.
Cuando vuelva a ser niña, ¿cuál habrá sido su prodigio?
Ohhh, ser niña... Mi hazaña habrá sido conservar los afectos.
Gracias:
Rafael J. Álvarez Madrid
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/21/cultura/1258794145.html
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