LITERATURA
'El original de Laura'
(Foto: Archivo/El escritor Vladimir Nabokov, ya anciano)
La novela que quiso quemar Nabokov
Se publica, tres décadas después, la misteriosa obra que dejó inacabada. 'El original de Laura' estuvo oculto hasta 2005 en un banco suizo
"¡Quema la novela!". Fue la última voluntad del bronquítico Vladimir Nabokov en su lecho de muerte en Montreux (Suiza), 1977. Su mujer, Vera, decidió pensárselo mejor y guardó el original en la caja fuerte de un banco suizo. Allí estuvo durante tres largas décadas. Hasta que su hijo Dimitri, impenitente 'playboy', decidió que ha llegado el momento de hacer frente a sus deudas y consolar de paso a los devotos nabokovianos con un regalo póstumo.
"Soy un hijo leal y he meditado seriamente esta decisión durante mucho tiempo", admite Dimitri. "Mi padre se me ha aparecido y me ha dicho con un toque de ironía: 'Sigues atascado en ese viejo asunto... ¡Adelante! Publícalo'".
Así concluye la historia de El original de Laura, la novela inacabada de Nabokov, contenida en 138 fichas escritas a lápiz, a veces casi indescifrables. "Es la destilación más concentrada de la creatividad de mi padre", se justifica en declaraciones a The Guardian Dimitri Nabokov, también conocido como Lolito pese a sus 75 años.
La revista 'Playboy', que ya se adelantó en tiempos con 'Ada o el ardor', ha querido homenajear a Nabokov publicando un primer extracto de 5.000 palabras. 'El original de Laura' (una novela en fragmentos) llega, entre tanto, a las librerías norteamericanas en una edición muy especial: apenas 76 páginas mecanografiadas, con las fichas recortables y escritas a mano del maestro, por aquello de darle grosor y un valor añadido para los coleccionistas.
Los puristas han puesto, sin embargo, el grito en el cielo y acusan a los herederos de profanar el espíritu del genio. "Nabokov quería quemarla, así que quemémosla", declara a The Times el escritor y crítico Edmund White. Para otros nabokovianos recalcitrantes, como Ron Ronsenbaum, se trata de un hito histórico que servirá para redescubrir al "mayor escritor del siglo XX".
La suerte está echada, aunque está por ver si 'El original de Laura' ocupará con el tiempo un lugar comparable al de 'El proceso' o 'El castillo', de Kafka, otros dos textos salvados de la quema y contra la voluntad del autor. Mucho se ha escrito durante estos 30 años del último manuscrito del autor de 'Lolita' y 'Pálido fuego'.
Una audiencia de pavos, cipreses y difuntos
Nacido en San Petersburgo en una familia aristocrática, emigrado primero a Inglaterra y después a Estados Unidos, Nabokov cambió el ruido de su patria adoptiva por el exilio interior en Suiza. Allí mismo llegó a revelar a The New York Times que estaba trabajando a sus 77 años en "el manuscrito todavía no acabado de una novela".
Acuciado por la enfermedad, la ceguera y el delirio, el escritor rusoamericano confesaba haber leído su texto incipiente ante una onírica audiencia integrada por "pavos, palomas, mis padres muertos, dos cipreses, varias enfermeras jóvenes a mi alrededor y un doctor tan viejo que es casi invisible".
La novela se tituló escuetamente 'Herramienta' durante los dos años de gestación, que consistió básicamente en la escritura de fichas de trabajo, donde el autor esbozaba personajes, situaciones y diálogos. La obra llegó a estar "acabada en su cabeza", según llegó a confirmar el periodista de The New York Times Herbert Mitgang en su última y semifallida expedición a Montreux a la caza de la postrera mariposa del famoso entomólogo.
Aunque no llegó a revelar la trama, Nabokov se refirió más de una vez a su último personaje como "la pobre Laura" y demostró por ella un afecto comparable al que seguía sintiendo por Lolita (que, por cierto, se salvó también milagrosamente de la quema tras los incontables rechazos editoriales).
'El original de Laura', ahora lo sabemos, es una hondísima reflexión sobre la muerte desde los ojos del anciano Philip Wild, quien decide cometer una suerte de "suicidio cerebral" mientras la vida le sonríe a su joven, palpitante y promiscua esposa, Flora Lanskaya (o sea, Laura).
Tan sólo la inseparable Vera llegó a leer y a ordenar las fichas postreras de la novela. Ella sabía todo el esfuerzo, pero era muy consciente de que se trataba de un texto inacabado. Nunca fue capaz de quemarlo, pero tampoco de publicarlo tal cual.
La decisión del hijo
Vera murió en 1991, y el dilema quedó entonces en manos de Dimitri Nabokov, más interesado en el montañismo y en los coches de carreras que en la literatura. Tras leer las fichas, el hijo sintió una conexión instantánea con el padre, que siempre le consideró algo así como un talento desperdiciado (sus méritos literarios se limitan a una celebrada traducción de 'El hechicero').
Cuando el peso cayó sobre mí, fue como si mi padre nunca hubiera muerto y estuviera mirándome por encima del hombro como en un limbo virtual, disponible para ofrecerme un pensamiento o un consejo ante una decisión tan vital", admite el propio Dimitri en la introducción de 'El original de Laura'.
"Me pareció terrible el pensamiento de que nadie pudiera leer nunca el manuscrito", admite Dimitri. "Y nunca me habría atrevido a acabar lo que él dejó a medias... Simplemente, no tengo el derecho". Después de muchas cavilaciones y apremiado por las deudas, el heredero de Nabokov decidió sacar el tesoro del banco suizo y liberar a Laura en 2005.
"Es el torso de una novela, pero en cualquier caso es un torso glorioso", fue la primera e influyente opinión del primo, Ivan Nabokov. La editorial Knopf entró en la puja, y el incorregible Hugh Hefner lanzó el anzuelo final desde 'Playboy'.
Gracias:
Carlos Fresneda (Corresponsal), Nueva York
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/07/cultura/1257631488.html
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