jueves, 19 de agosto de 2010

LA CAMA DE PANDORA
'En huelga de Sexo' 


Ahora que todo el mundo habla de huelga, me he acordado de aquella vez en que casi hago yo una huelga, pero de sexo. Pues sí, como suena. Mi novio de entonces, Alfredo (mi bombero Orzowei), con el que llevaba viviendo unos tres o cuatro meses, empezó a dirigir su deliciosa hiperactividad, que yo presumía erótica, a otras actividades que estaban un poco más lejos de nuestra cama.

Además de sus agotadoras sesiones de gimnasio, le recuperó el gustillo a la escalada, al alpinismo, al atletismo, al ciclismo, al esquí, al buceo, al patinaje, a la natación, al remo, a la espeleología... y a otros dos o tres deportes más que no recuerdo y que, al parecer, antes de conocerme practicaba como un poseso. Así es que nuestras largas sesiones de sexo se quedaron reducidas a los escasos momentos en los que no había un bombero disponible para practicar con él cualquiera de sus hobbies. Y, qué casualidad, cuando no estaba de guardia, siempre encontraba a algún compañero con el que tirarse por un puente, a veces literalmente.

De hecho, al señor solía apetecerle follar cada vez más a altas horas de la madrugada. Así es que, cuando yo estaba en lo mejor del sueño, me despertaba con urgentes frotamientos de clítoris y/o cunnilingus que, al principio tenían su gracia, pero a los tres días me moría por las esquinas con una agotadora sensación de jet lag y con picores en la Zona Cero, porque a esas horas Alfredo ya tenía un poco de barba.
Así es que un día me planté y decidí que, para recuperar su atención en horas coherentes tenía que tomar medidas desesperadas... Y pensé en declararme en huelga. ¿No lo hizo Lisístrata en Atenas? Pues no iba yo a ser menos en mi casa. Si ella fue capaz de convencer a todas las mujeres de su polis y de Esparta para dejar a palo seco a sus hombres hasta que se decidieran a firmar la paz, ¿no iba a ser yo capaz de conseguir que mi chico me prestara la misma atención que antes de que el dios balón se le apareciera en sueños? ¡Ah, sí, porque también se unió a un equipo de fútbol!

El caso es que un día que él estaba haciendo descenso de barrancos en Huesca me senté a redactar un pliego de condiciones para regular la huelga en nuestra relación erotico-sentimental.

Duración: "Variable". De entrada decreté 15 días de abstinencia, condicionados a que los dos nos sentaramos en la cama (mejor que la mesa) de negociación.
Por supuesto, no pensaba cejar en mi empeño si no lograba un compromiso (¿por escrito?) de al menos un acto sexual por cada escapada deportiva. Obviamente no pensaba dejarle sin sus hobbies, pero tampoco quería quedarme yo sin el mío...

Subcontratas: "Mientras dura la huelga, las partes tienen prohibido subcontratar servicios erótico-festivos, de forma remunerada o solidaria". Por supuesto me planteé si Alfredo sería capaz de boicotear el paro buscándose a alguna amiguita, así es que incluí esta cláusula bajo pena de decretarse la huelga indefinida y de ser expulsado de la cama de negociación directamente a casa de su señora madre.
Derecho de manifestación: "Ambas partes tienen reconocido el derecho a organizar manifestaciones de protesta que se celebrarán frente a la cama y sin ropa". Pensé que así sería más fácil mover el ánimo de alguno de los dos hacia lograr un acuerdo (o, al menos, nos alegraríamos la vista).
Pero el quid de la cuestión estaba por llegar...

Servicios mínimos: Como no tenía yo entonces el ejemplo de los conductores de Metro de Madrid, que se pasaron hace poco los servicios mínimos durante dos días por el mismísimo agujero negro... de los túneles del suburbano, pensé que lo más justo sería regularlos. Pero... a ver, en aquel caso, servicios mínimos... ¿qué significaba? ¿Que se la tenía que chupar una vez a la semana? ¿Que podíamos follar de vez en cuando, pero yo tenía la potestad de levantarme a medias y dejarle con las ganas? ¿Y se si corría antes que yo?... ¿Tenía que compensarme con un cunnilingus hasta que yo me quedara ahíta de orgasmos?...
Me vi llegar los problemas antes de empezar la protesta, así es que, al final, hice añicos el pliego de condiciones y pegué en la puerta de entrada de casa un manifiesto mezclando dos de mis lemas favoritos: "Haz el amor y no la guerra" y "si no puedes derrotarles, únete a ellos".
Escribí: "Como veo que te sobra energía te informo que, desde ahora, estamos en huelga de sexo... ¡Pero a la japonesa!".

¿Que si tuvo éxito la medida? Inmediato, sostenido y duradero. Si todos los problemas laborales se negociaran de esta forma, lo del próximo 29 de septiembre en lugar de una huelga general sería una orgía en toda regla.

Gracias:
Lucy Gutiérrez
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/lacamadepandora/2010/07/22/en-huelga-de-sexo.html
♪♪♪♪♪

1 comentario:

Elva dijo...

Definately...me declaro fan de Pandora desde hace un buen....y no por lo que dice, sino como lo dice. También disfruto las ilustraciones.
Buena!!!por Lucy