jueves, 10 de septiembre de 2009

La Nao Victoria

Al rededor del mundo


(Fotos: e-mail)

Ahora estos días, esta embarcación está amarrada en el puerto de Lekeitio hasta el dia 1 de septiembre
Mil personas abordaron la nao Victoria en el primer día de visitas en Hondarribia


Prácticamente mil personas (la media en Getaria era de 600 visitantes al día) se acercaron ayer hasta la nao Victoria, atracada en el puerto refugio, y sintieron lo que es estar en un barco calcado a aquel con el que Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo en un periplo al que le faltaron pocos días para llegar a los tres años de duración.

Aquello sucedió entre 1519 y 1522 y ahora, desde 2007, la Fundación Nao Victoria pone todo su empeño en que se conozca la Historia y las historias que les sucedieron a aquellos marineros.

Entrar en el barco es una manera ideal para hacerse a la idea de ciertas cosas. Por ejemplo, las incomodidades que se sufrirían en la época. O también lo complicado que sería gobernar aquel barco, de 175 toneladas de peso y 26 metros de eslora.

Casi 500 años después, los tripulantes y voluntarios que realizan las travesías en esta réplica intentan hacerlo como entonces. Lo explica José Luís Hernández, coordinador educativo del proyecto que gestiona 'Guadalquivir, Río de Historia': «Las travesías se hacen a vela, sin frigorífico ni otras comodidades. Si tenemos motor, instrumentos o balsas salvavidas, es porque lo impone la ley. Pero siempre que podemos vamos a vela, que es lo que verdaderamente nos gusta».

Rigor histórico

Así fue en la vuelta al mundo realizada entre 2004 y 2005. «Se intenta mantener al máximo el rigor histórico, lo que supone, especialmente, tener que enfrentarse a dos problemas: Por un lado, el de la comida. La fruta y verdura duran apenas una semana y luego hay que pescar. En las travesías largas, nos hartamos de pasta, galletas...».

El otro problema es incluso más delicado. «Las duchas son de agua salada. En la vuelta al mundo tuvieron un problema con el que se asustaron mucho, ya que a la semana de navegación tenía la piel seca y les explotaban los poros, llegando a sangrar. Fue más el susto que la gravedad».

Hernández incide en que «todo en el barco es igual que en el original, desde la construcción hasta los cabos, y siempre intentamos seguir las directrices de aquella época».

La Fundación Nao Victoria y el proyecto 'Guadalquivir, Río de Historia' tratan de «inculcar valores como compañerismo, respeto, orden o disciplina, que ahora no se estilan tanto. Cuando hacemos las travesías siempre hay buen ambiente entre nosotros».

Sorprende el tamaño

Y cuando atracan en los puertos, llegan las visitas. «Lo que más sorprende a la gente es el gran tamaño de la nao Victoria. Tenemos una tripulación fija, gente de mar, y otros tripulantes son voluntarios que van rotando. Éstos conocen la historia viviéndola y aquellos son los encargados de divulgarla y de poner en práctica todos los conocimientos».

Para José Luís Hernández, apasionado de la nao Victoria y de su trabajo, «lo más importante es divulgar la historia de la navegación y las aventuras que se vivieron en aquellas grandes expediciones».

Incluso, corregir irregularidades. «Cuando la réplica llegó a Hawaii, allí nadie sabía que los españoles fueron los descubridores de aquellas islas. Con documentos antiguos se convenció de que así fue y en Hawaii ya han rectificado».


Gracias:
Por Íñigo Aistizábal (Diario Vasco)
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