jueves, 13 de marzo de 2008

Arte 7

‘10,000 A.C.’


(Foto: Archivo)

Prehistoria digitalizada

Primero los extraterrestres invadieron la tierra en ‘El Día de la Independencia’ (1996), luego un dinosaurio gigante hizo de las suyas en Nueva York en ‘Godzilla’ (1998); y por último una onda fría congeló esa misma Urbe de Hierro en ‘El Día Después de Mañana’ (2004).

Ahora, Roland Emmerich, director de estas tres superproducciones, lleva a los espectadores al pasado en ‘10,000 A.C.’ gracias en gran medida a tecnología de vanguardia con la que se pudieron crear mundos perdidos y especies de animales extintas, lo cual imprime un alto grado de emoción a la historia.

“Quise hacer una película que permitiera a las audiencias entrar en un mundo que se ve y se siente distinto a todo lo que antes han visto. La podría describir como un viaje hacia un tiempo donde el misticismo y la espiritualidad eran parte de la vida”, dice el cineasta de origen alemán, durante la presentación este proyecto que se estrena hoy a nivel mundial.

El realizador señala la importancia de este tipo de historias por las que parece sentir fascinación.

“Siempre me he sentido atraído por la idea del clásico ritual de contar historias, el que se practicaba hace siglos cuando todos los miembros de una tribu se reunían alrededor del fuego, para oír leyendas y pasarlas de generación en generación.

Me considero ese estilo de cuenta cuentos. Ahora que si lo que estás tratando es el ser humano en sí, tienes material heroico en el que el personaje hará lo imposible por llegar a su meta”, indica.

Prehistóricamente actual

‘10,000 A.C.’, escrita por el mismo Emmerich y por Harald Kloser, narra la historia de un hombre que empieza siendo el rechazado de la tribu, para después convertirse en el líder salvador.

“D’Leh no es aceptado por algo que hizo su padre”, explica Steven Strait, protagonista del filme. “él tiene que vivir con esa herencia, que a pesar de que hace su vida más difícil, también le da más fuerza”.

Pero el verdadero conflicto del protagonista, empieza cuando una tribu externa secuestra a su novia, interpretada por Camilla Belle (‘Cuando un Extraño Llama’).

“Estos dos personajes, D’Leh y Evolet, son separados uno del otro y tienen que encontrarse otra vez. Son como Romeo y Julieta, porque según la profecía, ella está destinada a casarse con otro hombre, un gran líder, no con un rechazado social. Tanto ellos, como la audiencia, emprenden un viaje fantástico hacia otro mundo”.

Una gran aventura

Aunque con cierta investigación histórica que se originó a partir de un documental sobre la era del hielo que Emmerich vio hace más de 10 años, el director insiste en que lo que le interesó fue hacer una fantasía con una buena historia.

A mí me gustan las historias como ‘El Señor de los Anillos’, vaya, la Tierra Media no existe. Así es este mundo, no menciono ningún lugar en especial, puede ser cualquiera”, dice.

Para crear este efecto, la cinta fue filmada en todo tipo de escenarios naturales de Nueva Zelanda, Namibia y Sudáfrica; además de que cuenta con un elenco multicultural conformado por asiáticos, africanos, latinos y americanos con origen indio.

Datos adicionales

El actor egipcio Omar Shariff es el narrador de la película Los actores se entrenaron con un régimen militar, que incluía baile y pelea, para que los movimientos en las escenas de caza fueran coreografiados Los lentes de contacto que usa Camilla Belle fueron pintados a mano y diseñados especialmente para ella

Spitzkoppe, una zona de Namibia donde filmaron, fue también locación para ‘2001: Odisea en el Espacio’ (1968) en la que Stanley Kubrick rodó su famosa escena con los monos

Las pirámides del Imperio fueron construidas tanto en modelo gigante como en miniatura. Para filmarlas, Emmerich utilizó la cámara Spydercam, que funciona colgada de cables a control remoto y da la ilusión de toma aérea

Ya hay dos películas basadas en el mismo tema: ‘Un Millón Antes de Cristo’ en 1940 con Victor Mature, y su homónima en 1966 con Raquel Welch


Gracias:
Doly Mallet, Agencia Reforma, Los Angeles—


Ya tiempo hace que muchas obras de la pantalla grande se pierden por mi tiempo, por no ir solo al cine o por ser no apta para la familia. Esta es una película que sí quisiera ver pero espero estar en mi tiempo adecuado.

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