Royal Geographical Society
Pone fin a su historia de expediciones legendarias
(Poster: Royal Geographical Society)
CAMBIO DE ORIENTACIÓN DE UNA INSTITUCIÓN EMBLEMÁTICA
RÉQUIEM POR LA ERA DE LOS EXPLORADORES
Hay dos nichos en los muros exteriores del edificio de la sede de la Royal Geographical Society (RGS), en la calle de Kensington, en Londres. Atesoran las estatuas de los dos exploradores que probablemente más fama han dado a esta institución británica, el irlandés Ernest Shackleton y el escocés David Livingstone. Dentro, sobre los muros que rodean las escaleras, en algunos casos flanqueando los pasillos, hay enormes pinturas de otros pioneros como Robert Falcon Scott, Henry Stanley, Richard Francis Burton y John Speke.El edificio rezuma devoción por estos aventureros sobre cuyas proezas se ha cimentado el respeto que inspira la RGS en todo el mundo, y algunos de los que pasean entre sus viejas paredes han acabado por preguntarse, tal vez mirando con nostalgia los retratos, adónde ha ido a parar el tiempo de las expediciones.
(Foto: ARCHIVO/EVEREST. El escalador Edmund P. Hillary (izquierda) y el serpa Tenzing Norgay, en junio de 1953, con el equipo con el que días antes se habían convertido en los primeros en alcanzar la cima más alta del mundo)
Se trata de miembros con derecho a voto cuyas demandas han dividido a la institución en dos: los que quieren regresar a la era de la aventura y los que creen que ya no hay nada por explorar y que la RGS debe centrarse en lo académico. Los primeros, una facción rebelde integrada por geógrafos relativamente jóvenes, defienden que la sociedad no sería nada, o sería muchísimo menos, si no hubiera ayudado a Shackleton a atravesar la Antártida, a Hillary a coronar el Everest y a Livingstone en su odisea africana. Y al argumento de que no hay ya nada que descubrir responden con lo siguiente: hay medio Amazonas sin explorar; grandes extensiones de selva virgen en el Congo, Nueva Guinea y Vietnam, y un lecho marino del que apenas se sabe nada.
(Foto: Archivo/David Livingstone)
Nostalgia de la aventura
Defensora de la postura academicista, la dirección se resignó recientemente a convocar una votación interna que derivó en un encendido debate, al que se ha sumado con entusiasmo la prensa británica. "Es intolerable que estemos en una situación en la que la venerable RGS no tenga sus propios equipos de exploradores", declaró al diario The Telegraph Robin Hanbury-Tenison, autor de Los 70 grandes viajes de la historia y explorador jubilado que emprendió varias expediciones por Asia y Suramérica con el patrocinio de la sociedad británica. Con su nombre asociado para siempre a epopeyas como la búsqueda de las fuentes del Nilo, el descubrimiento del pasaje del Noroeste en Canadá y la carrera por la conquista de los polos, la RGS se sometía a la voluntad de sus miembros para volver a la edad de oro o asentarse definitivamente en una modernidad soporífera.
Geógrafos rebeldes
Antes de la votación estaba claro que los medios y la opinión pública se habían alineado con los rebeldes, percibidos como unos audaces geógrafos decididos a devolver a la sociedad el esplendor perdido. Estar de su lado era estar del lado de la épica: de Shackleton cruzando el infranqueable paso Drake en un bote de seis metros de eslora, de Hillary salvando la última y peligrosa cornisa de hielo antes de la cima.
(Foto: Archivo/ANTÁRTIDA. El Endurance, atrapado en el hielo durante la expedición más célebre de Shackleton, en 1915. El barco acabó aplastado por los bloques, lo que abocó a los tripulantes a un viaje épico en busca de ayuda)
El escritor de viajes Justin Marozzi recordó, en un artículo en Financial Times, que la última expedición planeada y pagada por la RGS tuvo lugar hace más de un decenio, en 1998, cuando cerca de 200 científicos de 21 países hicieron un estudio de la fauna marina en el suroeste del océano Índico. "Desde entonces --escribió-- la sociedad ha aportado fondos para varias expediciones, pero no ha lanzado una sola que pueda considerarse suya". Del mismo tamaño del debate y la expectativa, sin embargo, fue la decepción tras la votación, que tuvo lugar el pasado lunes y que perdieron los aventureros, aunque con dignidad: algo menos del 40% de los votos. El tiempo de los héroes, parece, pasó.
Y como todo tiempo pasado, está en conserva: en los relatos que se escribieron, en los dibujos que se hicieron y en las fotos que se tomaron. No solo las dos estatuas a pie de calle, no solo las enormes pinturas en los pasillos vetustos: quizá lo que mejor habla de aquella época de aventuras es el magnífico archivo fotográfico de la RGS. Hay fotos de Hillary subiendo el Everest junto al serpa Tenzing Norgay, de prácticamente todas las expediciones de comienzos del siglo pasado a la Antártida, de recovecos insólitos y remotos de los cinco continentes. Fotos (o dibujos: la sociedad tiene 179 años) de todo lo que un explorador de la Royal ha pisado alguna vez.
Un 'monty python', al frente
Tras perder la votación, la única esperanza de los rebeldes, casi el único motivo para pensar que acaso ese fabuloso archivo no está aún cerrado, radica en el casi seguro nombramiento de Michael Palin a la cabeza de la RGS. Sí: el de Monty Python.Palin, que lleva casi 30 años haciendo documentales de viajes para la televisión (un explorador moderno, o trotamundos), asumirá el cargo en dos semanas. El líder de la facción rebelde, Alistair Carr, ha dicho que confía en que se mostrará "más abierto". El antiguo comediante ha hecho prueba de elegancia y no ha cerrado puertas: "Quiero saber más del tema. Lo estudiaré".
Gracias:
MARCELO BERNÁRDEZ, BARCELONA
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=614936&idseccio_PK=1021
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