Sitio Teotihuacano en Querétaro
(Fotos: EFE)
HALLAZGO PREHISPÁNICO
Restos de una ciudadela teotihuacana, uno de los primeros asentamientos, en riesgo de derrumbe, fueron encontrados en Querétaro, a unos 130 kilómetros del centro ceremonial principal. Especialistas trabajan en la restauración de una pintura y cuatro murales encontrados en El Rosario
Ante el riesgo que pende sobre una pintura y cuatro murales policromados estilo teotihuacano hallados en la zona arqueológica de El Rosario, en esta entidad, arqueólogos del INAH propusieron realizar trabajos de limpieza para trasladarlos al Museo Regional de Querétaro.
Durante un recorrido por el sitio, Juan Carlos Saint-Charles Zetina, Carlos Miramontes Anzures y Fiorella Senoglio Limón, investigadores a cargo del Proyecto Arqueológico El Rosario, señalaron que los riesgos son tanto el saqueo como fallas estructurales en el sitio.
Por ello, y dada la relevancia del hallazgo hecho recientemente, propusieron iniciar lo antes posible la labor de conservación y limpieza de los murales y su retiro, con el fin de trasladarlos al Museo Regional de Querétaro para su restauración y estudio.
Explicaron que los riesgos que corren estos descubrimientos se deben, por un lado, a las características geológicas particulares del sitio, que han derivado en la formación de socavones, lo que pudiera causar el colapso de la estructura principal.
Por el otro, dijeron, acecha el saqueo constante, fortuito y/o intencional, de dicha zona, añadieron al anotar que por el momento se conoce una serie de pozos para el efecto que se han realizado, principalmente, en la Plaza Este de dicho lugar.
Así, se han sustraído figurillas, vasijas, tepalcates, fragmentos líticos y un fragmento de dimensiones importantes del mural de la pared del lado Este en dicho sitio, precisaron.
También propusieron generar mecanismos para que la comunidad valore, cuide y proteja este sitio, pieza importante de la historia prehispánica del país.
Frente a este panorama, los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) solicitaron al gobierno de Querétaro recursos por un millón de pesos, a fin de restaurar y realizar trabajos de conservación de los hallazgos.
La arqueóloga Senoglio Limón aseguró que los murales fueron localizados en el pórtico de acceso al recinto ceremonial, y están hechos con los colores negro, amarillo, rojo, azul, verde y blanco, principalmente.
Precisó que en los elementos iconográficos destacan las representaciones de cuchillos curvos de obsidiana, corazones sangrantes, braceros y personajes con penachos y posiblemente escudos. La relevancia del sitio arqueológico, añadió, radica en que tanto los elementos pictóricos como las técnicas constructivas, materiales cerámicos y líticos recuperados apuntan a que se trata de un sitio fundado por grupos teotihuacanos, desde probablemente los primeros tiempos del auge de esta metrópoli.
Subrayó que "es el único sitio con vestigios que podrían ser identificados como plenamente teotihuacanos, localizados hasta el momento no sólo en el estado de Querétaro sino en el centro del norte de Mesoamérica.
"Su estudio es primordial para conocer el impacto de Teotihuacán en el desarrollo de los pueblos prehispánicos de la región y la dinámica cultural prevaleciente durante el clásico mesoamericano", indicó.
Cabe mencionar que del sitio, ubicado a unos 15 kilómetros del municipio de San Juan del Río, cerca del 40 por ciento del edificio original se ha perdido, producto de la introducción de maquinaria pesada, saqueos y características geológicas del sitio.
Además, se presume que era mucho más extenso de lo que se conoce, pues hasta el momento sólo se ha explorado el cinco por ciento de su estructura principal.
Carlos Miramontes recordó que esta zona arqueológica fue reportada en 1958 por el arqueólogo Roberto Gallego como un sitio muy destruido, y que por cuestiones presupuestales fue abandonado.
Después de 49 años se conformó el Proyecto Arqueológico El Rosario, encabezado por los especialistas mencionados, para conocer el porqué de la formación de los socavones que han puesto en riesgo la estabilidad del edificio principal.
Según los expertos del INAH, la temporada de excavación hecha de marzo a mayo de este año aportó una gran cantidad de información que en estos momentos se encuentra en proceso de análisis.
Entre algunas de la evidencias que se lograron recuperar, están fragmentos de textil, troncos de madera de aproximadamente 1.5 metros de altura, carbón, cuchillos de obsidiana, huesos de animales e innumerables fragmentos de cerámica.
Hasta el momento, según Miramontes Anzures, se conocen cuatro etapas constructivas, tres de ellas correspondientes al periodo clásico (200 al 650 d.C.) y una al Epiclásico (650 al 900 d.C.).
Cada una de ellas está compuesta por un piso de estuco sobre los que desplantan los muros que conforman los cuartos del recinto ceremonial.
Asimismo, de las cuatro etapas la primera, que es la más antigua, se distingue porque incluye murales policromados de estilo teotihuacano entre sus elementos arquitectónico.
Gracias:
Notimex, El Universal, San Juan del Río
cvtp
http://www.eluniversal.com.mx/notas/603940.html
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