Premio Unicef 2008
(Foto: Alice Smeets)
Unicef premia una fotografía sobre la valentía haitiana ante la miseria
La imagen de una niña haitiana caminando descalza entre charcos de barro y mugre en un barrio de chabolas de Puerto Príncipe ha sido elegida como la mejor foto del año.
La imagen de una niña haitiana caminando descalza entre charcos de barro y mugre en un barrio de chabolas de Puerto Príncipe, obra de la joven fotógrafa belga Alice Smeets, ha sido elegida en Berlín como la mejor fotografía del año por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. La instantánea, captada el año pasado por Smeets, de 21 años, en un barrio marginal de la capital haitiana, muestra a una niña con un vestido de un blanco inmaculado y lazos en el pelo del mismo color que pasa junto a unos cerdos negros y rodeada de inmundicia.
La fotografía de Smeets fue distinguida entre otras 1.450 imágenes por «el coraje y la energía que transmiten los ojos de la pequeña, pese a crecer entre miseria», destacó Eva Luise Köhler, madrina de la organización en Alemania y esposa del presidente alemán, Horst Köhler.
El trabajo premiado forma parte de una serie realizada por la joven fotógrafa belga durante dos visitas al país caribeño, que ella misma organizó y financió.
La escena se desarrolla en el poblado conocido como «Cité Soleil» (Ciudad del Sol), donde «la vida sólo es posible cuando brilla el sol», señaló Smeets, tras explicar que el inmundo barrizal que atraviesa la niña descalza es el «inodoro público».
«Los haitianos conceden mucha importancia a la higiene y siempre intentan estar limpios. No poseen nada, pero tienen su orgullo y eso es lo importante», señaló la fotógrafa, quien tiene previsto un nuevo viaje al país en marzo, en el que intentará contactar con la familia de la pequeña.
«Los niños dan prueba de su gran fortaleza incluso en las situaciones más penosas», afirmó Köhler, para quien la fotografía premiada supone un «llamamiento» para dar «atención» y «protección» a los menores que sufren.
En segundo lugar, Unicef premió una fotografía del israelí Oded Balilty, fotógrafo de Associated Press, donde se muestra a una niña que hace cola para recibir un ración diaria de alimento en un campo de refugiados tras el terremoto que en mayo azotó la provincia china de Sichuan, en el que perecieron 70.000 personas.
El jurado destacó su fotografía por la «conmovedora ambivalencia» reflejada en la mirada de la niña, de la que «no se sabe si ha perdido a sus padres, tiene hambre o simplemente está aburrida de esperar».
El tercer premio reconoce una instantánea en blanco y negro del fotógrafo húngaro Balazs Gardi, titulada «Daños colaterales», en la que un hombre afgano sostiene entre sus brazos a su hijo malherido.
La imagen plasma la desesperación de la población afgana que habita en aldeas de montaña en la provincia de Kunar, al noroeste del país y que es víctima del enfrentamiento entre la guerrilla talibán y las tropas estadounidenses.
Gracias:
EFE
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