domingo, 17 de agosto de 2008

Los viajes de Marco Polo

El libro de las maravillas


(Dibujo: "Il milione"/Originalmente publicado en septiembre 15, 1254)

Los viajes de Marco Polo

En 1271 acompanó a su padre y su tío en su viaje hasta los dominios de Kubilai Kan. A su regreso a Venecia escribió un fascinante testimonio de su dilatada estancia en Oriente: el "Libro de las maravillas del mundo".

Marco Polo emprendió una gran expedición que, entre 1271 y 1295, lo llevó desde Venecia hasta China pasando por otras muchas tierras del continente asiático. Dejó un testimonio fascinado de su estancia de casi veinte años en el Imperio del Gran Kan, aunque muchos no le creyeron. Su “Libro de las maravillas del mundo” fue a América con Colón, que nunca dejó de buscar el Catay y el Cipango de Marco Polo, y fue leído incansablemente por los primeros colonizadores portugueses y castellanos en tierras de Oriente. Pero un narrador profesional que compartió cárcel con él suscitó desde el principio reacciones de incredulidad, hasta el punto de que algunos autores modernos han afirmado que el mercader veneciano no fue a China y que todo su viaje es un mar de mentiras. Los Polo eran una familia con fuerte temperamento empresarial y liquidez moderada, que al instalarse en Constantinopla entraron en contacto con el río de riquezas que llegaba de Oriente. En 1271 el veneciano Marco Polo acompañó a su padre y a su tío en su viaje a China. Éste viaje de los Polo duró cuatro años y les llevó por todo el Oriente Medio y Asia Central, hasta llegar en 1275 a la corte del Gran Kan, el soberano mongol, que mandó al joven Polo a las tierras del sudoeste recientemente incorporadas al Imperio mongol. Marco Polo habría cruzado toda China hasta llegar a Pagan, en la remota Birmania. En 1292, tras 17 años en el Lejano Oriente, los Polo partieron por mar hasta llegar a Venecia en 1295. Marco Polo cayó en manos de los genoveses y pasó cerca de un año prisionero en Génova, entre 1298 y 1299, en compañía de un autor de romances caballerescos, Rustichello de Pisa, quien hilvanó y embelleció las historias que Marco le fue contando durante su cautiverio. Cuenta la leyenda que cuando Marco murió afirmó que no había contado ni la mitad de lo que verdaderamente había visto.


MARGARITE DUCHAPS
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