AGNES BAKER
ENTREVISTA CON INDÍGENA SILETZ
(Foto: Archivo)
Agnes Baker : "Una vez al día hay que hacer callar al cerebro"
Preside el Consejo Internacional de las 13 Abuelas Indígenas, guardianas de enseñanzas ancestrales. El libro La voz de las trece abuelas (Luciérnaga) las condensa.
En su tribu, la de los siletz, la conocen como Lucero del Alba.
Mi nombre es Taowhywee, que significa Lucero del Alba, sí. Soy una leyenda viva. La guardiana de la Ceremonia Sagrada del Salmón.
¿Ceremonia Sagrada del Salmón?
La hembra del salmón hace un peligroso viaje río arriba, deposita los huevos y muere dejándose arrastrar por la corriente. Su carne se va desmigajando y de ella se alimentan 33 tipos de pájaros y 44 otros animales.
Cruel.
Pues en el origen, los salmones eran como nosotros. Tenían dos patas y vivían en bellas ciudades en el fondo del océano. Pero eligieron cambiar de forma y sacrificarse para alimentarnos. Mi pueblo celebraba la ceremonia del salmón en el río Rogue desde hacía 22.000 años, pero los buscadores de oro ensuciaron el río hace 150 años... Yo he limpiado el río y he restaurado el rito para mostrar el valor de la reciprocidad.
¿Ese tipo de mensajes aporta el consejo de las 13 abuelas?
Sí. Las abuelas, procedentes del Ártico al Nepal, y de Gabón al Tíbet, hemos creado una alianza para la educación y la sanación de la Madre Tierra. Trabajamos para las siete generaciones futuras. Nosotras, preocupadas por la destrucción de la naturaleza y de nuestras formas de vida indígenas, afirmamos que los dueños de la tierra son los niños y que el camino es la compasión.
Fueron a decirle eso al Papa y las echó con cajas destempladas.
Emocionadas, quisimos entrar en la basílica de San Pedro, con nuestras plumas y tatuajes y bastones sagrados, y la guardia vaticana nos echó de allí. Aun así, sé que nuestro mensaje llegó a Benedicto XVI.
(Foto: JOAN CORTADELLAS )
¿Hicieron algo que molestara? ¿Algún cántico o baile o...?
Solo rezar. Creo que su gesto fue una exhibición del poder patriarcal. Pero nosotros somos nutrientes, las dadoras de vida, las únicas que podemos llevar más de un espíritu en nuestro cuerpo. Somos las que, cada 28 días, damos nuestra sangre a la tierra. En el principio del mundo también había diosas, y los hombres intentaron acabar con eso, pero las abuelas vamos a reparar ese daño.
Suerte en la empresa. ¿Cómo trabaron relación entre ustedes?
Desde el principio, este consejo se originó en el mundo de los espíritus. Todas, la mayoría chamanas y sanadoras, fuimos llamadas para erradicar la ceguera espiritual. Unas, de niñas, y otras más tarde. Pero querrá saber cómo contactamos, ¿no?
Así es.
Jeneane Prevatt, Jyoti, directora del Centro de Estudios Sagrados, sintió la necesidad de dar a conocer la cultura de las abuelas indígenas. Mandó muchas cartas y las ancianas contestaron que sabían en lo más profundo de sí mismas que tenían que participar en el proyecto. Quedamos 13 y el dalái lama nos dijo que el mundo nos necesitaba. Trabajamos para proteger la tierra, la medicina tradicional, las lenguas y las ceremonias ancestrales.
Son mujeres, ancianas y humildes. Un difícil punto de partida.
¡Tenemos a nuestro Creador junto a nosotras! A medida que hagamos nuestro viaje, dejaremos una huella que permanecerá cuando ya no estemos. Nuestro mensaje de paz y de amor y nuestra preocupación por el agua y los bosques calarán. Estamos obligadas a preservar la belleza.
No solo para su tribus, sino para el mundo.
Sí. El viento, el agua, la lluvia, los animales y la vegetación no tienen voz, y nosotras les prestamos las nuestras.
¿Qué dicen el viento, el agua, la lluvia, los animales y la vegetación?
Que nuestras sociedades deben ser autosostenibles o moriremos antes de lo que creemos. En nuestra tribu, por ejemplo, fabricamos latas de bebidas con pasta de trigo.
Biodegradables.
¿Quiere otro consejo? Hay que llevarse bien con la familia, ser agradecidos y llevar una vida libre de agentes químicos. ¡Eso es muy importante! Nuestro cuerpo es nuesto templo, y es nuestro deber mantenerlo limpio. Y aunque el mayor regalo que el Creador nos ha hecho es darnos el cerebro, una vez al día hay que hacerlo callar y dejar que hable el corazón. Eso equilibra.
Así logró vencer al cáncer, asegura el libro de Carol Schaefer.
Lo logré al aceptar el camino espiritual. Hay medicinas tan eficaces como la sonrisa. Cuando sonríes, te iluminas como un sol y eso es bueno para ti y para los que te rodean.
Ojalá eso curara.
También sé que no soy nada sin el Creador, que es masculino y femenino a la vez.
Eso sí que no sentará bien al Vaticano.
Para que sientan lo que yo siento, tienen que caminar a través de mis palabras. Yo misma debo caminar sobre mis enseñanzas.
Gracias:
NÚRIA NAVARRO
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=539390&idseccio_PK=1006&h=080829
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