El patio de una casa

(Foto: Archivo)
UNA GALERÍA RESUCITA EL GRUPO DE LAS LEYENDAS DE LA MÚSICA FALLECIDAS PREMATURAMENTE
Los ídolos del rock que siempre tendrán 27 años
Una exposición reúne en Londres retratos de 'El club de los 27', formado por estrellas como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain, muertos a la misma edad
"Se ha ido y ahora ya forma parte de ese estúpido club. ¡Le dije que no se sumara a ese estúpido club!". Poco después de que Kurt Cobain, el líder de Nirvana, se pegara un tiro en 1994, su madre, Wendy O'Connor, pronunció estas palabras, que dieron origen a la expresión El club de los 27. La galería Proud de Camden, en Londres, inaugura hoy una exposición fotográfica dedicada a los principales miembros de este trágico colectivo: Brian Jones, primer guitarra de los Rolling Stones; Jimi Hendrix; Janis Joplin; Jim Morrison, líder de the Doors, y el propio Kurt Cobain, todos ellos protagonistas de trágicas muertes a los 27 años.
La muestra lleva por título Forever 27 (27 para siempre) y reúne imágenes ya clásicas de la historia del rock. Según el comisario, Simon Talbot, la exposición tiene sentido porque el público sigue obsesionado por los artistas de vida breve pero intensa: "El foco de la fama cayó especialmente con fuerza sobre estos cinco músicos y a través de algunas de las más grandes fotografías del rock del último siglo podemos analizar cómo les afectó esa presión".
EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS
Brian Jones se ahogó en una piscina en extrañas circunstancias en 1969; Jimi Hendrix falleció de una sobredosis de somníferos en septiembre de 1970 y, apenas un mes después, Janis Joplin murió a consecuencia de una sobredosis de heroína; en 1971, el cuerpo de Jim Morrison fue hallado sin vida dentro de una bañera pero nunca se le hizo una autopsia, y el más joven del club, Kurt Cobain, se descerrajó un tiró en la cabeza.
Ellos no son los únicos miembros del club, aunque sí los más destacados. Otros 25 músicos vivieron solo hasta los 27 años, una edad que los psicólogos consideran un portazo a la juventud. Pero más allá de consideraciones sociológicas, lo que tienen en común los cinco protagonistas de Forever 27 es que su aparición en escena revolucionó la historia del rock. El interés por este funesto colectivo también ha llegado al cine, con The 27 club en último festival de Tribeca de Nueva York.
A las imágenes de la exposición se suman textos de los fotógrafos que fueron la sombra de estas estrellas. Elliot Landy, que retrató a Janis Joplin, escribe: "Una noche, tras un macroconcierto en Nueva York, compartimos un taxi. Ella le dio al conductor la dirección de un amigo suyo, con la esperanza de que estuviera en casa. Cuando se bajó, me miró con ademán triste y dijo: 'Tío, qué pena. Aquí estoy yo, una gran estrella, y ni siquiera puedo encontrar a alguien con quien estar".
Gracias:
GEMMA TRAMULLASBARCELONA
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=537146&idseccio_PK=&h=080821
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(Dibujo: Archivo)
Los papeles perdidos de Kafka
El futuro de los documentos de Tel Aviv y el misterio en torno a los excéntricos herederos del autor preocupa al Gobierno israelí y a los expertos
El misterio que rodea al destartalado apartamento de Hava Hoffe en Tel Aviv mantiene en vilo a buena parte de la intelectualidad israelí. Nadie sabe exactamente qué manuscritos de Franz Kafka y de su íntimo amigo, el dramaturgo Max Brod, guarda Hoffe en el piso que, con los papeles dentro, heredó el año pasado. Hoffe, como hiciera su madre, se ha negado hasta ahora a desvelar el contenido de la herencia de Brod y a mostrárselo a las autoridades israelíes, muy interesadas en que la obra del gran autor judío no salga del país. Correspondencia de los dos amigos, fragmentos del diario personal del autor de La metamorfosis o, incluso, alguna obra inacabada podrían estar entre los papeles que custodia Hoffe, según los expertos.
Gracias a Brod y a la traición a su gran amigo, el mundo conoce las obras de Kafka. Al escritor, que nació en Praga en 1883 y murió joven de tuberculosis, nunca le interesó dejar constancia de su existencia. Ni siquiera fue partidario de dar a conocer su trabajo porque no le convencía ni le parecía digno de ser publicado. Por eso le pidió a su amigo Brod antes de morir que quemara sus escritos, que los hiciera desaparecer. Convencido de la genialidad de Kafka, Brod traicionó a su amigo y peleó en Praga y más tarde en Tel Aviv por encontrar editores que quisieran publicar la obra. Parte de los manuscritos terminaron por viajar a Israel en 1939, junto al ensayista, poeta y crítico literario Brod, que salió de Praga huyendo de los nazis y se instaló en Tel Aviv.
Antes de morir Brod, en 1968, decidió dejar los papeles de Kafka en herencia a su secretaria y compañera, Esther Hoffe. Esta mujer, amante de los gatos y que llevó una vida solitaria, se encargó de vender por medio mundo el legado de Kafka al mejor postor. Al morir Esther el año pasado, sus hijas heredaron el apartamento, supuestamente con las cartas, escritos y dibujos en su interior.
Lejos de haber arrojado luz sobre qué queda en ese apartamento, su hija, Hava Hoffe, de 74 años, protege los papeles como si de los secretos de la virgen de Fátima se tratara. No quiere hablar con nadie y no responde a los requerimientos de las autoridades israelíes, que amenazan, pero saben que tienen escaso margen de maniobra. Según la ley israelí, cuando un material resulte de especial importancia para el país o la comunidad judía, el Estado tiene derecho a pedir que se fotografíe antes de salir del país, pero eso es todo. "Yo no puedo mandar a la policía", dice Yehoshua Freundlich, jefe del archivo estatal, donde se guardan todos los documentos relevantes para el país, desde los acuerdos de paz, hasta las obras literarias. "Si Hoffe coge mañana un avión y se lleva los documentos, yo no puedo detenerla", dice este hombre, que ha tratado sin éxito de ponerse en contacto con Hava y con su hermana. Él tampoco sabe exactamente qué papeles hay en el apartamento de Tel Aviv.
La muestra de amor de Brod a su secretaria todavía consigue enfadar a Mark Gelber, profesor de Literatura en la Universidad de Ben Gurion. Gelber cuenta cómo le tocó lidiar con Esther Hoffe para convencerla de que donara el material a los archivos estatales o, al menos, que le dejara ver qué había allí dentro. "Era una persona muy difícil. Se negó a colaborar en todo momento y vendió la colección pieza a pieza. Aquello fue un crimen literario. Ahora no sabemos qué queda ahí; no sabemos siquiera si las hermanas Hoffe han conseguido sacarlo ilegalmente del país. No pueden llevarse algo tan importante para Israel: ¡es como llevarse una pieza arqueológica!".
La importancia de Kafka para la comunidad judía y el papel que el judaísmo jugó en la vida del escritor es aún hoy objeto de debate entre los expertos. "Para Israel es muy importante recuperar nuestro pasado; recuperar papeles como los de Kafka", dice Jacob Hessing, profesor de literatura alemana de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Hessing, a diferencia de otros estudiosos, está convencido de que el judaísmo y el sionismo fueron elementos centrales en la vida de Kafka. Explica que a pesar de que en su obra no hace referencia a estos temas, en sus diarios y su correspondencia están muy presentes: "Muchos de sus amigos eran sionistas. Muy probablemente él hubiera emigrado a Israel, como hizo Brod cuando llegaron los nazis a Praga. ¿Dónde habría ido si no?", se pregunta Hessing.
Ofer Aderet es el periodista del diario israelí Haaretz que, a principios de verano, destapó la historia al dar con la identidad y la dirección de Hava Hoffe. Estudioso de la obra de Kafka, Aderet opina que los manuscritos "deben quedarse en Israel y no viajar a Alemania, donde está su gran archivo, por razones morales". Sostiene que Kafka, muerto a los 42 años antes de empezar la guerra, podría haber corrido la misma suerte que sus familiares, que acabaron en un campo de exterminio nazi.
Gracias:
ANA CARBAJOSA - Jerusalén
http://www.elpais.com/articulo/Revista/Verano/papeles/perdidos/Kafka/elpepucul/20080823elprdv_9/Tes ♪♪