Picasso y el erotismo japonés
(Foto: Archivo)
Más de un centenar de piezas llenan los pasillos del Museo Picasso
La muestra estará abierta al público hasta el 14 de febrero próximo e incluye estampas eróticas japonesas de la colección privada del pintor.
La influencia que tuvieron las estampas eróticas japonesas del siglo XIX en la obra de temática sexual de Picasso queda patente en la exposición que acoge el Museo Picasso de Barcelona.
La muestra, que estará abierta al público hasta el 14 de febrero próximo, permite además contemplar por primera vez una selección de las estampas eróticas japonesas que formaban parte de la colección privada del pintor malagueño, que en la actualidad se encuentran en manos de sus herederos.
Estas estampas, ha subrayado una de las comisarias de la muestra, Malén Gual, presentan paralelismos con dibujos y grabados de temática erótica realizados por Picasso.
Según Gual, en el itinerario expositivo se establece un diálogo, tanto en lo que se refiere a "las soluciones compositivas similares" como en "el tratamiento formal" dado para "describir el desnudo femenino y explorar el deseo masculino y el acto amoroso".
(Otro grabado del artista/Picasso convierte al espectador en un mirón)
El director del Picasso, Pepe Serra, ha destacado que "esta exposición supone una aportación inédita por parte del museo al conocimiento de la obra, los intereses y las fuentes de referencia del artista, y abre nuevas vías de investigación para dotar a la obra picassiana de contextos que permitan una nueva y mejor interpretación".
La muestra está formada por más de un centenar de piezas, de las cuales destacan, como núcleo central, las diecinueve estampas japonesas de los siglos XVII, XVIII y XIX que formaban parte de la colección de Picasso.
Aunque toda la obra del artista está imbuida de erotismo y sensualidad, los especialistas consideran que en dos períodos, sus inicios (1900-1908) y el final (1964-1972), Picasso se dedicó de una manera más intensa a esa temática.
Si en el primer período realiza apuntes y dibujos que son más próximos a las estampas japonesas que a la iconografía occidental, en el final de su vida los grabados presentan una variedad de encuadres, perspectivas y técnicas de representación que, como sucede en las obras de los maestros japoneses, confieren tal fuerza a las imágenes representadas que convierten al espectador en un mirón.
La tesis que plantea la exposición del Picasso arroja luz sobre los orígenes de los grabados eróticos del pintor malagueño, pues "hasta ahora se pensaba que el arte japonés le había influido de manera indirecta a través de la influencia recibida por pintores como Manet, Monet, Van Gogh, Toulouse-Lautrec o Gauguin".
(Minotauro acariciando una mujer dormida)
De hecho, cuando Picasso llega a Barcelona, con 14 años, el japonismo ya se había arraigado, y, en el ambiente en que después se movió en la ciudad, el japonismo se manifestó sobre todo en el café-restaurante Quatre Gats, frecuentado por artistas claramente atraídos por las estampas japonesas como Rusiñol o Nonell.
En la exposición se exhibe por primera vez el dibujo erótico 'Mujer y pulpo', realizado en Barcelona en 1903, que sigue la iconografía erótica que partía de la obra de Katsushika Hokusai 'Buceadora y pulpo', en la que el cetáceo hacía un 'cuniilingus' a una mujer mientras la poseía con sus tentáculos.
Además se puede ver un proyecto de cartel encargado a Picasso por la actriz Sadayakko para las actuaciones que tenía previstas en 1901 en el Théâtre de l'Athénée de París.
Picasso, recuerda la comisaria, no se desprendió nunca de su colección de estampas japonesas y, junto con las obras de otros artistas, le acompañaron siempre en sus múltiples cambios de residencia, por lo que "no es extraño que en algún momento se convirtieran en fuente de inspiración".
Gracias:
EFE, Barcelona
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