sábado, 17 de octubre de 2009

ARTE 7

Vicente Fabris


(Foto: RICARDO HERNÁNDEZ EL UNIVERSAL/JUEGO DE FORMAS Y COLORES/El creativo revolucionó la historia de la pintura mexicana aportando una nueva técnica)

El pintor de sentimientos
Vicente Fabris Luna dejó un gran legado compuesto por más de 10 mil cuadros y la creación de la técnica cosmóptica.

El pintor mexicano Vicente Fabris Luna perdió la batalla contra el cáncer, el pasado 5 de septiembre, dejando una valiosa aportación en la escena artística nacional como la creación de la técnica que denominó cosmóptica, además de su acervo pictórico conformado por más de 10 mil obras.

Durante 51 años el creativo dedicó su vida al quehacer artístico, consiguiendo una de las colecciones más grandes e importantes de la pintura realista mexicana del siglo XX.

Su esposa Gloria Fabris asegura que ni él mismo tenía un número preciso de sus piezas. “Alguna vez me comentó que sus óleos ascendían a 8 mil, además de sus pinturas al pastel, las de cosmóptica y, claro, los dibujos”, recalca.

Los comienzos

Fabris Luna fue un artista autodidacta, nunca estudió nada relacionado con la pintura. Su gusto por los trazos y los pinceles fueron heredados por su padre y hermano, quienes en sus ratos libres dibujaban escenas cotidianas.

Sus primeras obras las realizó con lápiz y papel, posteriormente empezó a aplicar la técnica del dibujo con pluma atómica. Se especializaba en los retratos, los cuales vendía afuera de los teatros para obtener dinero extra, ya que en su oficio como vendedor ambulante no le iba nada bien.

“Por las mañanas Vicente andaba de puerta en puerta ofreciendo a las amas de casa productos domésticos en abonos, por las tardes hacía retratos de los grandes actores como Pedro Infante, los cuales iba a vender a los teatros de la ciudad por las noches. Ese fue el estilo de vida que el maestro Fabris tuvo durante sus comienzos”, recalca en entrevista para KIOSKO, su esposa Gloria.

Como la situación económica era mala, el pintor aceptó un puesto como representante médico. Su vida mejoró notablemente, comenzó a viajar por toda la República Mexicana y en cada uno de esos paseos dedicaba un tiempo para pintar, ya sea con óleo y espátula o con colores al pastel en cartoncillo.

Fabris Luna se caracteriza por ser un artista versátil pues experimentó con casi todas las técnicas pictóricas y lo mismo retrataba a los personajes citadinos de esos tiempos, que aspectos de la naturaleza o los clásicos desnudos.

“Todas las obras de Vicente son producto de su gran sensibilidad. Su mayor fuente de inspiración fueron los sentimientos que generaba al mirar a un hombre acompañado de su perro o un atardecer en el campo”, subraya su esposa.

La cumbre

Cierto día el artista llegó con su jefe y le obsequió un retrato diciéndole que era su carta de renuncia pues había decidido que la pintura era lo único que quería hacer durante el resto de su vida.

Trabajaba diez horas diarias y se estima que al año realizaba cerca de 200 cuadros. En su momento expresó a los medios de comunicación que su obra estaba en todo el mundo.

En su intensa búsqueda por probar todas las técnicas creó la cosmóptica, óleos que engañan a la vista pues simulan que los personajes y los objetos salen del cuadro, gracias a la composición de líneas que componen la pieza.

La bautizó con este nombre pues el cosmos lo relacionaba con el infinito y la óptica con lo real, dos características obligadas en su trabajo. Fabris Luna se definía como un pintor figurativo realista sin límites ni en estilos, técnicas o temas.

Su pintura es una especie de muestrario del equilibrio entre el dolor y la alegría, entre las preocupaciones y las necesarias satisfacciones.

“Vicente nació pintor e hizo de su vida una consagración total a la pintura. Referirse a su trabajo es hablar de un artista que dedicó su existencia a plasmar en todo tipo de lienzos todos los sentimientos humanos, aprendiendo a pintar pintando”, asegura Gloria Fabris.

A pesar de que el creativo se enteró que su estado de salud era crítico, jamás dejó sus pinceles y godete. Sus últimos cuadros los realizó unas semanas antes de morir para los médicos que lo atendieron, a manera de agradecimiento.

Parte de su obra será expuesta, durante el mes de noviembre, en el Club Deportivo Mundet, ubicado al poniente de la ciudad de México, último lugar en el que impartió clases de pintura.


Gracias:
Vanessa Pérez, El Universal
http://www.eluniversal.com.mx/estilos/64632.html
♪♪♪♪♪

No hay comentarios.: