FAUNA
La foca que se escapó del tiburón por los pelos
En las costas de False Bay, en Ciudad del Cabo
El fotógrafo Chris Fallows, de 38 años, ha sido testigo de una de esas ocasiones en las que la naturaleza se burla del más fuerte. Una pequeña foca de apenas 9 meses ha sido capaz de escapar de las fauces de un gran tiburón blanco en las costas de False Bay, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), según informa el Daily Telegraph.
"Generalmente, los tiburones muerden la mitad de la foca en su primer intento y luego regresan y toman la mitad restante. Todo eso sucede en la superficie del agua en tan solo unos minutos", comenta el fotógrafo.
Se trata de una de las escenas de caza más feroces del reino animal. El gran tiburón blanco ('Carcharodon carcharias') es el depredador marino más grande que se conoce. La desigualdad es evidente, sin ambargo en esta ocasión la naturaleza ha desafiado 'la ley del más fuerte'.
El tiburón acecha y quiere atacar a su presa sin que esta se de cuenta. Y lo logra. Durante unos segundos consigue tener a la foca entre sus fauces. El destino de esta pequeña cría parecía ineludible. Sin embargo, aprovecha una mala mordida para saltar de un lado a otro y zafarse del tiburón.
La batalla duró cuatro intensos minutos, en los que, milagrosamente, la afortunada protagonista consiguió salvarse con tan sólo unos rasguños.
"Resulta increíble cómo la foca utiliza los dientes del gran tiburón blanco para impulsarse y saltar al agua, mientras el hambriento escualo intentaba una segunda mordida", declaró Fallows.
"Generalmente, los tiburones muerden la mitad de la foca en su primer intento y luego regresan y toman la mitad restante. Todo eso sucede en la superficie del agua en tan solo unos minutos", comenta el fotógrafo.
Se trata de una de las escenas de caza más feroces del reino animal. El gran tiburón blanco ('Carcharodon carcharias') es el depredador marino más grande que se conoce. La desigualdad es evidente, sin ambargo en esta ocasión la naturaleza ha desafiado 'la ley del más fuerte'.
El tiburón acecha y quiere atacar a su presa sin que esta se de cuenta. Y lo logra. Durante unos segundos consigue tener a la foca entre sus fauces. El destino de esta pequeña cría parecía ineludible. Sin embargo, aprovecha una mala mordida para saltar de un lado a otro y zafarse del tiburón.
La batalla duró cuatro intensos minutos, en los que, milagrosamente, la afortunada protagonista consiguió salvarse con tan sólo unos rasguños.
"Resulta increíble cómo la foca utiliza los dientes del gran tiburón blanco para impulsarse y saltar al agua, mientras el hambriento escualo intentaba una segunda mordida", declaró Fallows.
Gracias:
El Mundo | Madrid
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/10/ciencia/1284108587.html
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