NASA
Basura cósmica amenaza viajes espaciales
La chatarra espacial se elevó 20% en el 2009 y se mueven a altas velocidades.
Más de 80% de los cohetes, satélites y otros vehículos lanzados al
espacio desde 1957 se encuentran en la órbita terrestre, sin cumplir
ninguna función.
Es basura cósmica que se mueve a velocidades que oscilan entre 8 y 10
km por segundo, como lo revela un reciente informe publicado por la
agencia espacial estadounidense (NASA).
A esta velocidad, cualquier objeto, por más diminuto que sea, puede causar serios daños a una nave espacial tripulada.
El astrofísico Ericson López, director del Observatorio Astronómico,
advierte que esta velocidad proporciona a las pequeñas partículas gran
energía cinética, capaz de destruir paneles solares y los componentes
electrónicos de los satélites que están en órbita.
"Los cuerpos mayores pueden destruir completamente a un satélite. Estos
cuerpos, por lo general, provienen de los restos de colisiones entre
aparatos abandonados".
López precisa, además, que la NASA monitorea con frecuencia el espacio
para saber la distribución de esta basura cósmica, que representa un
gran peligro en los viajes espaciales.
Los telescopios y los radares son herramientas indispensables para realizar este trabajo.
Hace ocho años, la NASA solicitó la colaboración del Observatorio
Astronómico, ubicado en el parque La Alameda, en el centro de Quito,
para instalar uno de estos telescopios, dedicados al rastreo de la
basura cósmica. Se trataba de un telescopio vertical de espejo líquido
de mercurio.
Se pretendía iniciar el rastreo con un telescopio de un metro y luego
con uno de 5 metros. López explica que este proyecto no pudo avanzar,
porque las condiciones climáticas, propias de la latitud ecuatorial,
no eran las más adecuadas por la alta nubosidad.
La basura cósmica, según la NASA, se incrementó 20% durante el 2009 y
ya son de 15 mil los escombros que representan una amenaza para los
equipos y personas en la órbita terrestre.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista Science,
gran parte de esta chatarra espacial se acumula en las órbitas bajas,
hasta una altura de unos 2 mil kilómetros sobre la superficie
terrestre, y en la órbita geoestacionaria, a una altura aproximada de
36 mil kilómetros.
El año pasado, los astronautas de la Estación Espacial Internacional
evacuaron durante 10 minutos la instalación y se refugiaron en la nave
rusa Soyuz, ante una lluvia de escombros procedentes de un supuesto
motor satelital.
La acumulación de desperdicios espaciales es un tema que preocupa a las
naciones más desarrolladas. En el 2009, en Alemania, se realizó la
Conferencia Europea sobre Basura Espacial.
En esta cita, los expertos concordaron en que este tipo de basura se ha
acumulado a lo largo de los últimos años a medida que los usos
científicos y comerciales del espacio se expandieron.
Ericson López señala que esta chatarra no representa riesgos para la
Tierra, porque la atmósfera actúa como un escudo protector. Esto
significa que al entrar en contacto con la atmósfera densa, la basura
se quema por fricción.
"En las épocas de máxima actividad solar, la atmósfera se agranda y en
este proceso atrapa a estos cuerpos nocivos, quemándolos".
Hoy en día, el mayor desafío para los científicos es localizar esta
basura cósmica con el propósito de evitar posibles colisiones con
vehículos espaciales.
Un plan para recoger los residuos
La basura espacial que orbita la Tierra ha sido generada directa o
indirectamente por el ser humano. Pueden ser residuos de las etapas de
combustión de las primeras misiones espaciales, residuos de
combustibles, satélites averiados o que no se encuentran en
funcionamiento o escombros de colisiones en el espacio entre los
vehículos spaciales.
Las misiones espaciales, tripuladas o no, son las que más riesgos
corren. Existen desarrollos tecnológicos para intentar recoger en parte
la basura espacial, por ejemplo, mediante naves controladas de forma
remota.
La idea esencial es encontrar tecnologías que reduzcan rápidamente la
basura espacial para acelerar su caída, propone Pedro Ducos, físico y
profesor de la Universidad San Francisco de Quito.
Todo cuerpo que orbita tiende a caer hacia el cuerpo central. Esta
basura también puede caer a la superficie terrestre. Sin embargo,
muchos fragmentos se desintegrarán al ingresar a la Tierra.
Más información: NASA
Gracias:
El Comercio / GDA | El Universal
http://www.eluniversal.com.mx/articulos/59599.html
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