RAMÓN MASATS
'Me vacié, ya no me divertía hacer fotografías'
'Con el digital todo el mundo sabe hacer fotos normales, no extraordinarias'. 'Es muy peligroso dejarse llevar por las facilidades de la fotografía digital'. 'Eso de que el pasado fue mejor es mentira. Hay que estar a lo que viene'.
Lleva años sin hacer fotografías. Ramón Masats (Caldas de Monbui, 1931) decidió que captar la realidad en papel fotográfico había dejado de interesarle. Y se mantiene firme en su postura. "Fue una decisión consciente y mantenida", afirma. Ni siquiera por ocio, a los amigos. No dispara la cámara. "Le regalé una digital a mi mujer y ahora es ella la que hace las fotos. Me vacié. Ya no me divertía hacerlo". Sincero, Masats confiesa que esa etapa pasó, que él ya ha trabajado mucho. "Ahora estoy en otras cosas: la cocina, los libros, mis gatos... Prefiero estar en casa, no soy de salir mucho. Pero a veces me lían...".
Esta vez quien le ha liado es su amiga Blanca Berlín, la galerista que le ha llevado de la mano a un ciclo de conferencias organizado por la Fundación Mapfre. Para hablar de fotos, de su trabajo. "No me gusta mucho ese papel, soy muy poco de salir a hablar, pero...". Y es que Masats, premio nacional de Fotografía en 2004- no es de los que se recrean en el pasado. Él, que recorrió durante años la geografía española retratando los tópicos y el folclore, mira hoy sin nostalgia su trabajo. "Está ahí y me gusta, la verdad es que estoy satisfecho, pero no soy de los que se miran el ombligo..."
Invitado en la Feria del Libro
A veces, la profesión le obliga a revisar algunas de esas fotografías. Por ejemplo, las que aparecen en 'Viejas historias de Castilla La Vieja' ilustrando el retrato que hizo de su tierra Miguel Delibes. Ahora lo ha reeditado La Fábrica, lo que le llevará a firmar ejemplares en la Feria del Libro el próximo sábado. ¿Cómo le sienta reencontrase con sus seguidores, le piden nuevas fotos? "La verdad es que cuando voy a firmar, no viene ni Dios. En serio, firmo cuatro o cinco ejemplares. También es que he pedido unas horas en las que no hay casi nadie, a las 12.00. Lo prefiero así".
Masats tampoco consume fotos de forma habitual. "Me gusta, pero voy a muy pocas exposiciones, sólo a cosas de los amigos. Estoy un poco desenganchado, pero hay fotógrafos espléndidos en España. Es una pena que no se promocionen más".
A pesar de que no sienta la necesidad de captarla, asegura que la realidad le sigue emocionando. "Cada vez pasan más barbaridades, como ésta de Israel -en referencia al ataque a la flotilla turca con ayuda humanitaria con destino a Gaza-. Y además, ahora llega muy rápido la información, la buena y la mala". ¿Ese avance de las tecnologías ayuda o desvirtúa la fotografía? "Ahora con el digital todo el mundo sabe hacer fotos normales. Pero hacerlas extraordinarias sigue siendo igual de difícil que antes porque lo que importa es el fotógrafo, no la cámara que lleves. Es que es muy peligroso dejarse llevar por las facilidades que te da la fotografía digital, eso de 'bueno, no importa que se vea esto, ya lo quitaré con Photoshop'".
¿Qué libro tiene entre las manos? "Estoy leyendo 'Los años divinos', de Oriol Regàs -una crónica sobre la 'gauche divine' de la Barcelona de los 60 y 70-. Me lo estoy pasando muy bien, me recuerda a aquellos años, a aquellos amigos. Aunque yo no formé parte de la 'gauche divine' me gustaba mucho verles y tomar una copa con ellos cuando iba a Barcelona. Me trataban muy bien".
¿Nostalgia de tiempo pasados? "No, no, no. Eso de que el pasado fue mejor es mentira. Hay que estar a lo que viene, en el presente, y prepararse para disfrutar las cosas nuevas", afirma tajante. Y en eso está, protegido en su casa, templo de fotografías.
Gracias:
Raquel Quílez | Madrid
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/01/ocio/1275410515.html?a=bacd2ece8bc67478ebb7f3fa257d84d7&t=1275501919&numero=
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