Rolando Zavala
(Dibujo: Juan José)
QUE ALGUIEN LOS PARE
1150-1210
1150-1210
Era una noche helada, algunos grados de temperatura bajo cero. La chimenea prendida, con unos troncos de árbol seco, y unos pedazos de ocote y un chorrito de aceite. Ya que la gasolina sucia y contaminante no existía. -Después de algunos tragos de ron, de whisky y de ajenjo.
El líder dijo de pronto -¡Que diablos pasa, no deja de nevar! ¡El lodo se esta haciendo como piedra de hielo!- -EL RON, EL RON. Me escuchaste bien EL RON, ha comenzado a escasear.-
¿Cuantos días llevamos metidos en este paraíso?
-Ya perdí la cuenta, Yo también dijo otro.- Bueno esto es decisión de los dioses -Y los dioses, siempre los dioses. Siempre los dioses y a ellos
¿Quien los va a parar? compañeros y ¿A ellos quien les dio
la autoridad? QUE VA. ¿QUIEN LOS INVITÓ?
¿Que no somos los que hicimos la taberna?
¿Que no prendimos la chimenea?
¿Acaso pueden ellos los dioses oler la madera que se quema?
¿Pueden ellos sentir el amor de una mujer?
¿Pueden sentir el lívido de la misma escurriendo por su cara?
¿Lo pueden oler? ¿Han podido saborearlo y olerlo en alguna ocasión?
¿Han recibido las gracias de esa mujer después de haber tocado el cielo?
¿O nada mas lo crearon todo?
¡Ha sí! Lo crearon todo y se quedaron a vivir en el cielo.
Vamos Júpiter despierta y responde
R E S P O N D E, R E S P O N D E
O solo piensas seguir siendo el dios.
Porque aquí hasta los mas ignorantes dan la cara
Ahí esta el pobre tabernero muerto por dar la cara.
Vamos Júpiter responde antes de que sea demasiado tarde.
VAMOS JUPITER
Vamos Júpiter ahora con calma, ahora que el fuego calentó y el whisky hizo su efecto, ese efecto milagroso para lo que fue creado. Aquí en medio de nosotros, platícanos de viva voz, como puede un dios vivir, ¡que va! sobrevivir sin sentir ese momento de una mujer, en el que es literálmente una fiera y tres minutos, solo tres minutos, después es como un niño indefenso buscando protección
Vamos dinos como puedes renunciar a verlas, que digo a verlas, a sentirlas, a tenerlas como unas diosas a tu mismas altura y después, en solo tres minutos tenerlas humilladas hermosamente humilladas suplicando, un poco más, solo un poco más de cariño, un poco más de atención, tan solo un poco más.
Dinos como puedes.
Vamos Júpiter ven y bebe con nosotros, déjate de esa vestimenta ridícula, y de esa corona de Olivo. Bebe, bebe hasta que puedas, no ser uno de nosotros eso ya lo eres. Ven y baja del pedestal y únete a nosotros
La verdad no sabemos si Júpiter va ha pasar o va ha dejar de existir alguna vez pero la ronda, la ronda bohemia esa si no va a pasar nunca. Esa ronda que hizo de nuestros padres unos hombres de responsabilidad. Esa ronda que es capas de hacer de una mujer tabernera UNA MADRE, si, así lo dije, UNA MADRE con todo lo que eso implica: a veces fría, a veces caliente, a veces fuerte, a veces débil, a veces frustrada, a veces realizada, pero sobre todo siempre madre.
Y ENTONCES CREO EL HOMBRE A DIOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA
Su obra maestra. Y la frustración desapareció y la exigencia también desapareció. La Mujer esa mujer volvió a ser un ser viviente no una máquina de lavar platos. Nunca más un mueble en la casa. Nunca más un cero a la izquierda. Resucitó esa mujer de finos sentimientos, de dulces caricias, esa mujer apasionada de gran melancolía y fina seducción, resucitó.
Así fue, Júpiter, alguien tenía que pagar el precio, y ese fuiste, ¡TU!
Redactado por Rolando un día de marzo para la clase de GED en DACC.
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