30 de abril
(Foto: Banco de imágenes)
La imaginación es más grande que el universo y en la imaginación de un niño siempre habrá luz.
Garabatos que dicen mucho
Dibujar es una forma espontánea que tienen los niños para comunicarse; vale la pena ponerle atención
Cuando un niño enseña una hoja llena de dibujos, está mostrando una parte de su mundo, explica el texto titulado Garabatos, el lenguaje secreto de los niños.
Si un pequeño entrega como un trofeo alguna hoja llena de trazos con colores encimados, vale la pena tomarse unos minutos para examinar qué es lo que quiso expresar con ello y no sólo pegarlo en el refrigerador. Esos garabatos incomprensibles son en realidad señales muy elocuentes que el niño dirige, especialmente a sus padres.
Para todos los menores, el dibujo es una forma espontánea de expresión. Saber leer sus rasgos permite comprender mejor sus necesidades, dicen la sicóloga y pedagoga Evi Crotti y el especialista en medicina sicosomática Alberto Magni, autores del libro mencionado.
Estos expertos hacen ver que cada trazo posee un sentido particular y concreto; es posible que en una sola hoja de papel haya entre 30 y 40 garabatos parecidos, pero a los ojos del pequeño cada uno tendrá un sentido muy distinto.
En su conjunto, esos trazos componen una historia, reflejan deseos, emociones, miedos, sus etapas sicológicas y su ritmo biológico.
LO QUE HAY QUE OBSERVAR
Al dibujar, el niño envía una gran cantidad de mensajes que hay que analizar e interpretar correctamente. Esto es útil no sólo para los padres, sino para profesores y pediatras.
• EL MODO.
Aquí importa evaluar si el niño sostiene el lápiz de forma relajada o forzada. El primer caso deja ver una motricidad libre y tranquila; en el segundo, se tratará de una manifestación de tensiones de diverso tipo. Es primordial enseñar al niño a tomar el lápiz de modo correcto, pero sin forzarlo. Sus sistemas neuromuscular y sicomotriz se beneficiarán.
• EL ESPACIO OCUPADO.
Cuando está repleto, indica confianza, expansión, extroversión y deseos de crecer. Si está poco lleno nos señala un niño temeroso, inhibido, introvertido y tímido
• EL PUNTO DE INICIO.
Normalmente, el niño empieza el dibujo en el centro de lo hoja, mostrando así la forma en la que él se sitúa en el mundo exterior. Si no es éste el caso, posiblemente nos hallemos ante un caso de inhibición o timidez. Es vital que en los primeros años, satisfaga la necesidad natural de sentirse centro del universo.
• EL TRAZO.
Puede ser seguro o tembloroso y titubeante. En el primer caso indica su soltura en el movimiento, su libertad para explorar y, por lo tanto, para dibujar. El segundo puede mostrar algún temor, tal vez debido a una educación estricta en lo referente a la limpieza.
• LA PRESIÓN.
El gesto gráfico es ligero o marcado. Un trazo apenas perceptible muestra una naturaleza sensible que se manifiesta en el juego y en la vida cotidiana. Ocurre a la inversa, un trazo presionado indica energía fuerte, gran vitalidad y la necesidad de disponer de espacio amplio.
• LA FORMA.
El círculo, el ángulo, las líneas quebradas y los puntos son expresiones de la forma en que el niño se sitúa en el mundo, se percibe y se va desarrollando.
Gracias:
Cristina Salmerón
El Universal
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