jueves, 24 de febrero de 2011

LA CAMA DE PANDORA
'Mis pilladas favoritas'
Ilustración: Luci Gutiérrez
Pobre Laurita, vaya mal rato que está pasando en mi casa porque su padre, Amadeo (mi portero), la ha pillado con las bragas en los tobillos en el sofá de su casa y a Marcos haciéndole tactos linguales donde se unen los labios menores mientras que ella se atragantaba literalmente con el miembro de su novio, tan hinchado que casi no le cabía en la boca. Con lo incómodo que es el maldito 69 y el éxito que tiene, la verdad es que no lo entiendo...

Habían pensado que el padre de la criatura se quedaría a ver el partido de fútbol en el bar con los amigos, pero el bueno de Amadeo, después de ver cómo a su equipo le metían tres goles antes del descanso, se ha vuelto corriendo a casa y se ha encontrado a la niña practicando sexo oral, que no significa exactamente “hablando de sexo”, sino todo lo contrario, porque en esa postura no se puede estar en misa y repicando (algún día hablaremos del dichoso kamasutra y sus mentiras).

El caso es que, mientras Laurita ha corrido a refugiarse en mi casa, Marcos está haciendo lo que yo no he visto hacer a ningún hombre en mi vida: dar la cara con su padre. Y digo que no lo he visto porque a servidora jamás la ha pillado ni padre ni madre en semejante tesitura y únicamente Prometeo podría dar tantos detalles como yo de mis usos y costumbres erótico festivas (si los gatos hablasen, claro).

Y no es porque no se lo haya puesto fácil a mis progenitores, ¿eh? Una vez, por ejemplo, fui con Alfredo al apartamento de la playa y una tarde, mientras ellos dormitaban en el sofá con la película de Antena 3, mi novio y yo hacíamos equilibrios de pie para no dar un concierto de Empujones y Somier Chirriante en Fa menor, en un dormitorio cerrado con un tabique de madera de 1,90 de alto y una puerta corredera de sapeli.

A mi hermana Casandra, sin embargo, la pillaron de la manera más tonta. El que ahora es mi cuñado conoció a mi padre una madrugada cuando se levantó desnudo a lavarse sus cositas al baño del pasillo después de un polvo en nuestra casa presuntamente vacía.

¿Y Ulises? Mi hermano pequeño ha heredado el mismo gen de la inoportunidad que yo, porque no se le ocurrió otra cosa que, en la boda de la hija de unos vecinos, acostarse con la hermana del novio en el hotel donde se celebró el banquete y, en lugar de marcharse inmediatamente después, se quedó a dormir. Al día siguiente se encontró con el padre, la madre, los primos, los hermanos y a las abuelas cuando salía a medio vestir de la habitación de la joven. Histórico.

La pillada es un clásico. Prácticamente todo el mundo tiene una en su haber. Yo, sin ir más lejos, recuerdo una memorable, aquí, en mi propia casa, que le acabo de contar a Laurita para arrancarle una sonrisa.
Fue hace un par de años, cuando celebraba mis 34 primaveras con una fiesta de amigos a la que Elena trajo a Ramón, el nuevo socio del estudio de su padre: un arquitecto increíblemente guapo que hizo muy buenas migas con mi querido Martín Lobo. Se sentaron juntos en el sofá y a los pocos minutos estaban haciéndose confidencias al oído.

Al rato dejé de verlos y pensé que andarían por ahí perdidos en alguna de las habitaciones, así es que hice una inspección rutinaria, más que nada por localizarlos y garantizarles intimidad. Pero no tuve suerte.
Cuando regresé al salón, Carmen me avisó de que se había acabado el hielo y fui a por mi abrigo al armario de la entrada para bajar a por más al chino de la esquina. El caso es que se me unieron en la expedición un par de caballeros que necesitaban tabaco y tres chicas que querían comprar chicles y no sé qué más chucherías. Estábamos todos ya agrupados en la puerta cuando abrí el armario y, aunque sólo fueron dos segundos, tuvimos una visión que nos dejó de piedra.

Ahí estaba Martín, con los pantalones a media pierna y la camisa abierta y Ramón, de rodillas, entre mis botas, mis paraguas y mis chaquetones y mis gabardinas, haciéndole una felación larga, profunda y cariñosa que no sé si me dio más estupor o envidia. Cerré el armario, incapaz de articular palabra.

-”Nunca había visto una polla tan bien comida”, dijo alguien. Y yo, que estaba muy de acuerdo, anoté mentalmente pedirle a Martín Lobo dos o tres trucos para provocarle a mi chico una cara de satisfacción como la suya.

Laurita sigue llorando, pero ahora de la risa. Voy a contarle más pilladas de diverso calibre y condición para que relativice un poco su tragedia. Aunque mucho me temo que su señor padre no estará pidiéndole a Marcos que le enseñe cómo hace disfrutar tanto a su niña únicamente con la lengua...

Gracias:
Luci Gutiérrez
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/lacamadepandora/2010/11/04/mis-pilladas-favoritas.html
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GEOLOGÍA
Los restos del meteorito que mató a los dinosaurios se pueden tocar en la costa vasca
El estrato del impacto. | Pedro Cáceres

Es una capa muy fina, apenas dos o tres milímetros de una arcilla de color oscuro, pero esconde las pruebas de uno de los cataclismos más grandes de la historia, algo que conmovió el planeta y transformó el curso de la vida sobre la Tierra.

Hablamos del meteorito que chocó contra nosotros hace 65 millones de años, liberando la energía de 100 millones de bombas atómicas y acabando con el 70% de las especies de aquel momento, entre ellas los dinosaurios. El polvo levantado por la explosión se depositó por todo el mundo y ahora aflora en algunos pocos lugares.

Uno de ellos está aquí, junto a los suaves campos de Zumaia, donde luce el sol esta mañana de invierno y nada invita a pensar en catástrofes. Pero las apariencias engañan. De repente, el paisaje de verdes lomas redondeadas se corta en un paredón de acantilados de 150 metros de alto que desafían al Cantábrico.
Kilómetro tras kilómetro, se suceden los agrestes estratos de rocas sedimentarias, alzados en vertical con una geometría que recuerda el espinazo de un animal prehistórico. Y no está mal esa comparación, pues no en vano esas rocas han servido para demostrar la hipótesis de que fue una colisión lo que provocó la gran extinción del paso entre el Cretácico y el Terciario, lo que se conoce como el límite K/T.

Una meca geológica


El yacimiento es un lugar de peregrinaje para los geólogos y, desde hace dos años, también un santuario protegido. En 2009 el Gobierno vasco amparó ocho kilómetros de litoral bajo la figura legal de Biotopo Litoral Deba-Zumaia, gestionado por la Diputación Foral de Guipúzcoa.

El espacio protege los acantilados propiamente dichos, el área marina hasta los 10 metros de profundidad y, también, todo el paisaje terrestre que pueda verse desde el mar. Es una curiosa definición de límites, pero muy adecuada para salvar, a la vez, los valores científicos y paisajísticos. El director científico del Biotopo es Asier Hilario, un geólogo vasco de 34 años que dejó su plaza de investigador en Suiza para volcarse en comunicar al público el valor de este yacimiento.

Los acantilados son un hojaldre de rocas que abarcan 60 millones de años de historia
Mientras esperamos a que la marea baje para descender a los estratos más llamativos, Hilario me explica que lo que se puede ver en este yacimiento son 60 millones de años ininterrumpidos de historia del planeta. «Algunos dicen que estos estratos son como un hojaldre de rocas. A mí me gusta definirlos como un gran libro de historia de la Tierra en el que cada una de las capas es una página», añade.

«Si miramos dentro de esas rocas, vemos que tienen fósiles marinos. Se formaron por decantación de sedimentos bajo el mar que separaba la Península Ibérica del resto de Europa», explica. Después, la Península empezó a moverse y ese desplazamiento comprimió y levantó los antiguos sedimentos. El mismo proceso que dio origen a los Pirineos creó los acantilados de Zumaia y también muchos de los montes vascos, en cuyas cimas, aunque cueste trabajo creerlo, afloran antiguos fondos de coral del Cretácico.
«El planeta tiene unos 4.600 millones de años y son muchas las páginas escritas hasta hoy» dice Hilario. «Este terreno es uno de los tomos de esa enciclopedia. Las páginas llegan hasta Deba y Guetaria y continúan por buena parte de la costa vasca, pero es en Zumaia donde se concentran los momentos más interesantes», añade.

 

El 'flysch' de Zumaia


El área se conoce como 'flysch', por la palabra alemana usada para describir acantilados que se desmoronan. Este flysch de Zumaia comprende el periodo que va desde hace 65 millones de años hasta los 55 millones de años. «En él», explica Asier Hilario, «han quedado registrados sucesos extraordinarios: cambios del magnetismo terrestre, brutales variaciones del nivel del mar, alteraciones climáticas sucesivas y extinciones masivas de especies».

A tocar con las manos el testimonio de la mayor de esas extinciones nos dirigimos. Para ello hay que dejar atrás la ermita de San Telmo y bajar hasta una cala batida por las olas. Todo está a tiro de piedra del pueblo donde generaciones de bañistas han nadado sin saber que pisaban polvo de meteorito.
Nos mojamos los pies entre algas y cantos rodados para llegar hasta una de las páginas memorables de la historia: «Estamos en la pequeña cala de Algorri, que es un gran templo de la geología mundial. Lo que estamos viendo aquí es una capa en la que más del 75% de los fósiles marinos que venimos viendo en estas rocas se extinguen.

La ermita de San Telmo se levanta sobre un yacimiento palentológico de excepción
Además, en esa capa oscura tenemos algunos elementos como el iridio, que tiene una composición más meteorítica que terrígena, y es lo que hizo pensar que la gran extinción tuvo algo que ver con el impacto de un gran meteorito».

 

La capa de iridio


Impresiona tocar con la mano ese estrato. Es imposible notar a simple vista que contenga iridio, pero los análisis lo han demostrado. No sólo aquí, sino en todo el mundo. El iridio es un mineral escasísimo en la Tierra pero abunda en los asteroides.

A finales de los 70, el geólogo estadounidense Walter Álvarez descubrió que la capa del límite K/T, que él estaba estudiando en Gubbio (Italia), contenía 100 veces más cantidad de ese metal de lo habitual. Su padre, el Nobel de Física Luis Álvarez, fue quien le ayudó a discernir las infinitesimales cantidades presentes en las rocas.

Cuando el holandés Jan Smit le comunicó que otra capa de la misma época en Dinamarca tenía iridio, ambos aventuraron que un cuerpo extraterrestre podía haber chocado con la Tierra. El yacimiento de Caravaca (Murcia) y el de Zumaia fueron algunos de los siguiente límites K/T que probaron que la anomalía de iridio era universal. Sin embargo, demostrar la hipótesis fue más complicado.

El cráter, de 180 kilómetros de diámetro, se localizó definitivamente en Yucatán en 1990
En primer lugar, la geología no apostaba entonces por los argumentos catastróficos, pues los consideraba propios de la época precientífica. Confiaba en la lenta sucesión de fenómenos para explicar los paisajes que ahora vemos y, por tanto, muchos abogados del gradualismo rechazaron la explicación maravillosa del meteorito.

Además, faltaba la prueba clave: la evidencia del impacto. Hubo que esperar una década para encontrarlo, pero ésto sirvió para que, mientras tanto, cientos de científicos fueran hallando los restos de la explosión. Estos incluían el iridio y la roca vaporizada y vitrificada que cayó por todo el planeta; pedazos de cuarzo deformados por el impacto y esparcidos a miles de kilómetros y, también, los derrubios arrastrados por el tsunami generado por el impacto del asteroide. Hasta que, finalmente, el gran agujero apareció.

 

El cráter de Chixculub


Los geólogos de PEMEX que buscaban petróleo en el Golfo de México habían cartografiado el socavón en los años 50, pero no le habían encontrado el sentido. En 1991, por fin, todos los datos hicieron conexión y se publicó el artículo definitivo en la revista 'Science'. El cráter tiene 180 kilómetros de diámetro, está a caballo entre el extremo de Yucatán y el mar y ha sido sepultado por cientos de metros de sedimentos posteriores.

«Entender la historia de la tierra es útil para entender algunos fenómenos que están pasando hoy», dice Hilario, mientras recuerda que la gran extinción del K/T es la quinta conocida en la historia del planeta.

«Los biólogos afirman que en los últimos 200 años nuestra sociedad está provocando la sexta, y eso es algo para pensar», dice Hilario mientras caminamos hacia la playa de Itzurun y contemplamos un grueso estrato de arcilla roja colonizado por el pasto.

Es el testigo de otro evento registrado en el 'flysch' de Zumaia, el gran calentamiento del Paleoceno/Eoceno (55,8 millones de años), cuando las temperaturas subieron cinco grados en 50.000 años. El calentamiento que vivimos ahora ha sido de un grado en un siglo. «Con todo», explica Hilario, «más que los grados importa la rapidez del cambio, pues es la capacidad de adaptarse lo que determina la capacidad para sobrevivir».

Otros dos sucesos visibles en Zumaia son la inversión de polos magnéticos del límite Selandiense/Thanetiense (58,7 millones de años) y la bajada del nivel del mar del Daniense/Selandiense (61,1 millones de años) de decenas de metros. Estos dos últimos han sido definidos como estratotipos por la Comisión Internacional de Estratigrafía, lo que los convierte en referencia mundial para estudiar estos fenómenos.

Ningún lugar del mundo tiene dos estratotipos y, junto a ellos, dos límites como el K/T y el Paleoceno/Eoceno en sólo unos pocos kilómetros. El yacimiento es excepcional y a divulgarlo se dedica el Biotopo «sin alterarlo ni perturbarlo», afirma el geólogo.

El centro de interpretación de Algorri, sostenido por el Ayuntamiento de Zumaia, organiza visitas guiadas. Además, se ha publicado un libro de gran formato, está a punto de abrirse una red de senderos autoguiados y Asier Hilario y Alberto Gorritiberea han rodado un documental titulado 'Flysch, el susurro de las rocas' (que se puede ver completo en internet), donde decenas de eminencias mundiales visitan Zumaia para explicar su singularidad.

Transmitir la profundidad del tiempo geológico es muy difícil. Si pusiéramos la historia del planeta en un año, la especie humana aparecería en los últimos segundos del 31 de diciembre. Llevamos muy poco tiempo aquí y, por eso, Hilario defiende su fascinante trabajo: «La geología es la ciencia que estudia el planeta Tierra y los geólogos somos detectives en busca de pistas que nos permitan leer e interpretar las páginas de esa historia».

Gracias:
Pedro Cáceres | Zumaia (Guipúzcoa)
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/22/ciencia/1298390965.html
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24 de febrero de 1887 Día de la Bandera


La Bandera Nacional, símbolo por excelencia de la unidad y la soberanía nacionales, surge y se transforma a la par de los grandes acontecimientos del desarrollo histórico de la patria. La necesidad de constituirse como un país republicano y democrático hizo indispensable la adopción de símbolos propios que reflejaran las características culturales y sociales de los mexicanos, para, de esa forma, sentar las bases de la nación mexicana. En 1810, el pueblo se levantó en armas acaudillado por Miguel Hidalgo, sublevación que marcaría un hito trascendental en la historia patria. El cura de Dolores tomó de la iglesia de Atotonilco un lienzo con la imagen de la virgen de Guadalupe, que se convirtió en bandera del sentimiento libertador en la lucha contra los opresores españoles.

Durante la primera etapa de la revolución de independencia, los insurgentes no utilizaron, de manera general, pabellones o insignias. A la caída de los primeros jefes insurgentes se erigió la figura de otro sacerdote, más cercano a la realidad social prevaleciente, José María Morelos y Pavón, quien daría a nuestro país la primera Constitución, la proclamación de su independencia y la ideología que cimentó las bases para el crecimiento político ulterior de nuestra patria.

La bandera que acompañó a Morelos en todas sus gestas hasta el año de 1814, consistía en un rectángulo de color azul, que en su centro tenía un rectángulo blanco estampado con un águila coronada, misma que se posaba sobre un nopal encima de un puente de tres arcos con las iniciales "VVM" (Viva la Virgen María). Lo importante del símbolo adoptado es que permitió reconocerlo como la enseña que reflejaba el espíritu nacional de libertad..

A la muerte de Morelos, la insurgencia careció de un líder que aglutinara y dirigiera el movimiento, por lo cual las insignias de este periodo cayeron en desuso. Diversas banderas han sido izadas durante el largo periodo del México independiente, variando la posición del águila en el escudo. El primer decreto que estableció las características del lábaro patrio fue dado a conocer por la Junta Provisional Gubernativa el 2 de noviembre de 1821. Dos años más tarde, el 14 de abril de 1823, el soberano Congreso Constituyente Mexicano decretó que el Escudo sería el águila parada sobre un nopal, agarrando con la pata derecha una serpiente en actitud de despedazarla con el pico.

La razón por la cual se tomó esta insignia como Escudo Nacional se debió al simbolismo que el pueblo azteca dio a sus elementos; el águila se identificaba con el sol, la serpiente con la diosa Coatlicue, mientras que el nopal y su fruto representaban el corazón humano. Tal imagen se originó en el momento de la fundación de México Tenochtitlán en 1325.

En el siglo XX, dos momentos presentan una significación especial en la historia de la Bandera Nacional. El primero, cuando Venustiano Carranza decretó la representación del águila que se incluía en el Código Mendocino, encargando a los artistas, Jorge Enciso y Antonio Gómez, la elaboración de un proyecto para establecer el modelo definitivo y oficial de los símbolos nacionales. Asimismo, Carranza reglamentó el uso de los tres colores del lábaro patrio con el águila de perfil, de acuerdo con las tradiciones indígenas. Obtenida la unificación de nuestra bandera, la nación mexicana la vio ondear por primera vez en Palacio Nacional el 15 de septiembre de 1917. El segundo, en 1934, porque a partir de ese año, mediante un decreto, se conmemora el Día de la Bandera, y desde entonces se celebra cada día 24 de febrero, dicha festividad sería reconocida hasta 1984, año en el que se ratificaron las características de los emblemas de la Nación. Con este ordenamiento jurídico se inició una nueva etapa para fortalecer el culto y respeto a los símbolos nacionales.

Gracias:
Diario Yucatán
http://v6.yucatan.com.mx/especiales/bandera/historia01.asp
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